Migue se echa a un lado apartándose de ese escaparate de colores donde los niños miran y admiran, trata de imaginar cómo serán los días de estas personas; camino y más camino, frío y calor, polvo, lluvia y viento, y se pone triste. Pero no tarda en olvidar su tristeza, cuando el niño descubre, en lo alto de la ladera, a un señor mayor con una especie de turbante amarillo en la cabeza. Viste un traje de pana verde aceituna, botas marrones de caña alta adornadas con brillantes tachuelas y borlas colgantes en los lados. El hombre está adiestrando un monito. Un mono de los de verdad, que obedece instrucciones como si las entendiera, imita movimientos, acciona, exhibe piruetas, equilibrios y desequilibrios. El diminuto animal parece un columpio en constante vaivén. Luego, el señor del turbante lo mete en una jaula, le da un plátano que el mono pela en un visto y no visto y lo engulle en un santiamén.
Ahora que el mono está a resguardo, Migue se aproxima un poco más. para verlo de cerca, al mismo tiempo el hombre abre un baúl y saca unos muñecos hechos de madera, cuerdas y trapo.
-Buenas tardes señor-susurra Migue.
-Hola muchacho-saluda una muñeca con trenzas amarillas- me llamo Taty, soy una marioneta, tengo tres hermanos más que van a salir con los duendes del guiñol. Es una voz de chica... Migue mira a su alrededor y no ve ninguna chica...
-Yo..., so soy Migue y sé que las muñecas no hablan Taty- dice convencido de que el señor del turbante amarillo tenga poderes haciendo hablar a los muñecos. Pero está encantado de que le hable la muñeca, de que se haya dirigido a él.
-Me llamo Gastón, soy el mago Gastón, ya veo que te gusta esto, ¿vendrás a vernos esta noche Migue?
-Ya me gustaría señor, pero en mi casa no hay posibles, quiero decir que no sobra el dinero.
-Veniros con lo poco que haya, quiero decir la voluntad...
-Lo poco en mi casa se necesita para otras cosas señor Gastón, no hay para ir al circo.
-Bueno, habrá que arreglar de alguna manera para que, al menos, puedas acudir a una sesión.
-Mis padres dicen que no debo aceptar ninguna otra ayuda que no sea del todo necesaria, que no sea indispensable, ir al circo no lo es.
-Ya, yo pienso que un niño merece ver un espectáculo como el mío y con mayor motivo si además lo va a tener a las mismas puertas de su casa- dice el mago Gastón mientras trastea entre cajas y baúles. Ahora saca una mesita plegable y un paño de color verde, se envuelve en una capa negra y hace aparecer y desaparecer las cosas, y cambia de voz..., es ventrílocuo. Migue no sabe qué significa ser ventrílocuo..., y, Gastón le explica el significado y le dice que le guarde el secreto.
-¿De dónde eres? Pregunta Migue, y la muñeca Taty responde que su casa está en todas partes y en ninguna, que es de aquel lugar donde la llevan los baúles, que no tiene paradero, nunca están más de cuatro días en el mismo sitio..
-¿Vendrás a ver la actuación esta noche, Migue?
-Las ganas son grandes, chica de pelo amarillo, pero como ya te dije antes, en mi casa no tenemos dinero para fiestas.
(Fin de la 2ª parte)