lunes, 30 de agosto de 2021

Cuando El Matadero. Años 50 / 60 del s., XX



- fotos actuales de Ángeles Hernández Moralejo -
Muchas gracias una vez más por tu aportación, Ángeles,
 que ha sido muy valiosa y en  muchas ocasiones. 
(septiembre de 2021)
El edificio del Matadero ya no existe,
 el sitio que ocupó es ahora esta nave.

Es de construcción sencilla, planta rectangular, la cubierta, a dos aguas, está coronada de teja árabe, su apariencia exterior bien podría equipararse con una casa, una vivienda humilde, austera y sencilla de la época. En una de las paredes laterales se abría una arbañera a modo de desagüe que desembocaba, por aquel entonces, en la inmediata intemperie.

Recuerdo que había señoras que se acercaban al matadero con una cazuelita de barro o un tazón blanco, de los de teja, de aquellos de desayunar. Iban hasta allí, a ver si podían darle "un poco de sangre" pá hacerla frita con cebolla. Y, sí, siempre se la daban.

Los niños-mayorcitos ya habíamos perdido la aprensión y el miedo a pasar por delante del matadero, y, la curiosidad infantil, tan pronunciada, nos llevaba hasta las mismas puertas. A un descuido de los trabajadores nos asomábamos fisgoneando recorriendo el habitáculo con toda la intensidad y la rapidez que alcanzaba la mirada escrutándolo todo; tajos, encimeras de obra, trastos, mandiles, sierras de mano, martillos, escobas, mazos, baños (barreños), artesas, colgadores, poleas, ganchos, utensilios afilados de un tamaño que, a nosotros, se nos hacía descomunal, imitaciones de "puntillas" "descabellos" "cachoteros" y herradas llenas de agua. (Herrada: recipiente de Zinc o madera equivalente al actual cubo de plástico.

El Matadero surtía las dos carnicerías del pueblo; "la de Gildo" en la calle que subía desde la panadería de Vitoriano al depósito el-agua y las escuelas de arriba,  y "la de Manolo" allá a la puerta el-cura" frente a la fuente pública donde estaba el pozo del agua potable que abastecía a todo el pueblo.

Se podría decir que en los alrededores del matadero se respiraba olor a sangre, un olor fuerte, penetrante, un hedor que en el tiempo-verano se acrecentaba y se hacía visible al revoloteo incesante de las moscas-verdes, ¡qué mosquerío aquel...! Pero estos pequeños detalles impregnados de pestilencia y moscas se tenían bien asumidos, digamos que muy normalizados por necesarios y más en tiempos difíciles como lo eran aquellos tiempos. Además de los animales de corral que cada quien tenía en casa, el matadero era también sinónimo de alimento, comida y sobre todo la tranquilidad que daba ese poder ir a diario a la carnicería a comprar "la carne pal-puchero" y algún que otro extra en domingos y festivos.



Por el El Camino Toro, la calle donde está ubicado el matadero, día sí, día, no, o cada dos días o tres, se veían pasar las reses camino de su punto final. Los niños las recordamos con tristeza, porque aunque caminaban ufanas, cogidas de un ronzal guiadas por el matarife, al llegar a la entrada del matadero, reculaban tozudas, pobres, quizá aquel tufo, las echaba atrás, quizá lo identificaban, quizá olfateaban a sus congéneres ya inexistentes, quizá las espantara el encierro de un establo desconocido, quizá, quizá..., el caso es que allí se acababan y quizá también los animales lo presentían y se rebelaban y daban grandes e impactantes mugidos en la "protesta".

Sí, la parte más bucólica y triste a la vez, era la de verlas andar aquel trecho definitivo e infinito del Camino Toro.

Para Villabuena en la Memoria

Actualmente, en nuestra geografía española, hay muchos mataderos en desuso convertidos en bellos centros culturales.

miércoles, 18 de agosto de 2021

Andábamos como desleídos entre la fiesta / no fiesta



                                                                    - desinfectando las calles -

En agosto 2021 y en agosto de 2020 andábamos entre la fiesta no fiesta, desleídos, angustiados, no por no poder celebrarla en todo su esplendor en toda expansión, en toda la extensión de la palabra fiesta, andábamos pesarosos, preocupados, con la respiración contenida, presionados y aprisionados por "esto" que nos habita, este "personaje" micro microscópico, que dirige la vida de todos en todo el planeta. En su prolongación en el tiempo arrebatando la esperanza, esa a la que nos aferramos y estiramos como si fuese elástica sin peligro de romperse, dándola de sí confiando en que su resistencia no nos abandone, en que siga firme sin ni siquiera agrietarse, en que no nos rompa los anhelos de superación. 

Y como sin darnos cuenta, hoy estamos a jueves, 19 de agosto del año 2021 y las primeras hojas muertas de los árboles empiezan a alfombrarnos el suelo... También las estaciones naturales del año se nos presentan trastocadas a velocidad de vértigo, inundadas de catástrofes naturales que también se nos hacen totalmente nuevas con las que no estábamos familiarizados. Cuando ocurrían estas tragedias ocurrían tan lejos de nosotros, pero tan lejos que a nosotros no podían ri siquiera rozarnos... Pero eso era antes, ahora es como si a nuestro planeta Tierra se le hubiese desplazado el eje centrifugándonos a todos cual ropas dentro de una lavadora.

De tener el poder de planificarlo todo a no poder planificar nada, a paralizarse y paralizarnos a todos, a romperse la vida conocida... A no saber si podrá recuperarse, a no saber si volverá a ser cómo antes era. O sí, sí, ya sabemos, ya hemos aprendido que no volverá a ser como antes era. Absolutamente todo ha cambiado, la situación ha cambiado a toda la humanidad. Habrá otras formas de vivir, inmediatas, ahora inimaginables...

Mientras, transcurre, transcurrimos imbuidos en el  M I E N T R A S T A N T O, que no es poco. Mientras agradecemos estar vivos. Mientras nos duelen todos los muertos...

No me atrevo a llamarlo 1ª plaga-bíblica del siglo XXI. Solo ha sido un pensamiento fugaz.

La no-fiesta ha pasado ya dejando un sedimento de vacío en cada uno de nosotros, solo ha pasado un día desde que acabara la fiesta oficial del calendario, cada cual ha vuelto a su encrucijada, a sus cosas, a lo que deja hacer la vida-actual contaminada de Covid-19. A seguir esperando, ante la impotencia pedimos salud para contemplar el paso del tiempo que ordena las cosas del orbe.

Nos falla la confianza, se nos tambalea, cuando el mal se prolonga en el tiempo teniendo como se tiene a todos los científicos del mundo dotados de todos los medios necesarios para su investigación y, sin embargo, el mal continua prolongándose en el tiempo... Lo que sabemos de antaño, lo que nos contaron en otras situaciones similares, era que el vacunado ya estaba exento, que la persona que había pasado la enfermedad ya era completamente inmune, estos eran nuestros patrones. Actualmente vueltos del revés y devoradores de esperanza. El comportamiento enrevesado de este virus no hace más que aumentarnos la incertidumbre y el miedo, el miedo es aterrador. El miedo a un futuro, a cómo será la vida de los jóvenes y de los niños de ahora mismo...

En esta cura de humildad no busquemos culpables, todos lo somos.

En nuestros adentros nos explota el recuerdo de esa forma de vida que se nos fue y que hace apenas nada considerábamos eterna, intocable, indeteriorable al menos de esta forma tan brutal, tan atenazante, jamás pensamos ninguno de nosotros en la aparición instantánea de "algo" que nos parara la vida y que nos hiciera sentir tan, tan impotentes. Nos creíamos dioses, lo habíamos conseguido controlábamos todo, controlábamos el mundo-mundial, cada uno el nuestro a nuestra manera estaba en nuestras manos como aquella bola del mundo representada en esfera-globo de la película de Charles Chaplin donde el mismo protagonista, Charlot, maneja la esfera del mundo como si fuera una pelota, era una pelota hecha del material ligero de un globo infantil... Así, cada quién, teníamos nuestra "pelota" y la manejábamos a nuestro antojo, invencibles, o eso nos creíamos todos nosotros.

Con todo y eso, aún así, el instinto de supervivencia persiste y crece. Vencerá, venceremos.

sábado, 7 de agosto de 2021

Gran tarde de TEOFI JIMENEZ que sube en dos ocasiones al pódium.

 


Enorme tarde la de Teofi Jiménez que sube dos veces al cajón


El piloto de Villabuena del Puente consigue la victoria en la categoría de PRE-96 en Clásicas y un segundo puesto en MX OPEN subiendo en dos ocasiones al pódium en el XXXVII Trofeo de Quintana María. Lógicamente el Zamorano ha participado en las 4 mangas disputadas además de los entrenamientos cronometrados con su Honda en Open y su Kawasaki en Clásicas lo que tiene un enorme valor ya que el cansancio y la tensión que se acumula en las mangas disputadas, es enorme.

 TEOFI marcó el mejor tiempo en los entrenamientos de MX Clásicas y venció en las dos mangas disputadas con una diferencia sobre el segundo clasificado, de un minuto aproximadamente. Con esta victoria el Zamorano amplía su ventaja sobre el segundo clasificado en el Campeonato de Castilla y León de la categoría MX PRE-96.

 Por su parte, en OPEN, marcó el 6º mejor tiempo en los entrenamientos de los 34 pilotos inscritos. Posterior en carrera consiguió un 3º puesto en la primera manga y en la segunda manga cruzó la línea de meta en segunda posición lo que le daba 2º puesto final.   °C





7ª parte) ... San Roque. Después de los toros, los mozos recogen la merienda



                                                                         - el bar Miami en su estructura inicial -


Después de los toros, los mozos recogen la merienda en casa y se van a cenarla a las bodegas, hay que cenar y después arreglarse bien para asistir a la verbena, a la gran verbena del año, con diferencia, hoy, en la noche del día de San Roque, bailar, bailar, disfrutar es lo que importa ahora, todos con todos; viejos y viejas, niños y niñas, jóvenes, madres y padres, bailar, bailar ¡Estamos en San Roque!




En el intermedio del baile vemos a los maletillas cruzar la pista vacía, con el hato al hombro. Se van, se van andando la noche a otros pueblos, donde mañana por la tarde, correrán la misma suerte en otra plaza hecha de carros después de un descanso a la intemperie en una cama de tierra. Algunos se acercan para darle un apretón de manos deseándoles suerte. El señor del puro, además, les ha dado un billete de quinientas pesetas.



Se reanuda la verbena hasta la madrugada. Los mayores y los niños empiezan a marcharse, se van a dormir, a descansar para mañana. Mañana todavía es fiesta, el fin de fiesta, queda celebrar el día de San Roquito. Y ya, hasta otro año si Dios quiere ..."


.....emotiva fotografía de Yoly (san Roque 2019) ....


.. llenaremos las calles nuevamente,
reaparecerá el aire sembrado de palabras,
de sonoros abrazos, de murmullo, de música,
de risas rompiendo los silencios.
llenaremos las calles nuevamente,
cuando llegue mañana, cuando llegue mañana ...

... agosto de 2020 / 2021, el San Roque que no fue ...

_ I s a _ 

 A flor de piel aparece la ensombrecida huella de la alegría, la nostalgia,

 la emotividad, el sentimiento, la luz de la esperanza ... 

💖 ¡Feliz San Roque-2021 a todos!

https://www.google.com/search?q=isabel%20hernande%20gil%20escritora&


* * * * *  Sobre de la historia de San Roque.



                                                        - imagen del santo en nuestra iglesia parroquial -

... nuestro San Roque, abogado de la peste, el cólera y otras epidemias ...


(... ) **nació** en **Montpellier (Francia**), afirman que nació en 1350 (no en 1295, como se decía antes) y nació en una familia de clase media. Desde su nacimiento tenía un curioso lunar en forma de cruz que, típico de los tiempos, fue tomado como una señal divina.

Muy joven, Roque perdió a sus padres y decidió hacerse peregrino y atender a los necesitados, por lo que entró a la Tercera Orden Franciscana, dio todo su dinero a los pobres y confió a su tío administrar sus bienes en beneficio de estos. Se dirigió a Roma, pero deteniéndose en cada sitio que podía cuidar enfermos e inválidos.

En Roma estuvo tres años y, de regreso a su casa, pasando un tiempo en Piacenza, atendiendo a los enfermos, quedó contagiado de la peste.

Es patrón contra la peste, el cólera y otras epidemias, y para el dolor en los pies, las rodillas y las piernas, la rabia, la peste y todo tipo de accidentes y llagas.

También protege a presos, enfermos, hospitales, hospicios, médicos, cirujanos, farmacéuticos y sepultureros, peregrinos, agricultores, jardineros, vinateros, camineros, carpinteros, fabricantes de fuegos artificiales, marinos y carreteros.

También es patrono de las ciudades de Montpellier, Parma, Venecia y cientos de pueblos españoles y americanos.

Desalojado de la ciudad, donde tanto bien había hecho, se refugió en un bosque, esperando morir. Allí, día tras día, un perro le llevaba un trozo de pan; el dueño del perro, que no era hombre piadoso ni siquiera una buena persona, quedó admirado por semejante hecho y se convirtió, arregló sus asuntos y cambió de vida.

Contra todo pronóstico, Roque sanó de la peste, se dirigió a su tierra, que estaba en ese momento en guerra. No fue reconocido, sino tomado por un espía, y sin juicio alguno lo enviaron a la cárcel, y según la historia estuvo entre 5 y 8 años entre rejas, donde murió (...)

-fragmentos, Ramón Rabre, a 16 /08 / 2015

6ª parte) ... San Roque. A la plaza de toros, las mujeres van cargadas con sillas de enea





"...  A la corrida del día de San Roque las mujeres van cargadas con sillas de enea, el abanico, la pamela de paja o un pañuelo bonito a la cabeza, la sombrilla, algo de merienda y el botijo del agua. Los hombres con sombreros de paja, se han echado al hombro la calabaza o la bota del vino llena de limonada.

Se respira alegría, mucha alegría por parte de todos, hombres, mujeres, niños, chicos y grandes. Toda la gente anda contenta. Los hombres acompañan a la familia hasta su carro, y ayudan a subir a las mujeres, a los niños y a las personas mayores, pero ellos no se sientan en las sillas, se aquedan entre los carros como haciendo guardia, al acecho del "cerrado" de la plaza. Aunque ellos dicen que, es que los toros se ven mejor desde abajo. 

Cuando suenan los clarines, los clarines de la emoción y del miedo anunciando que se abre la puerta del toril, las mujeres le piden a gritos que suban a los carros que ahí abajo hay mucho peligro, pero no hacen caso.

Los niños estamos sentados en los trillos con los pies colgando, balanceando las piernas, con la mirada fija en las puertas de los toriles y conteniendo la respiración. Los hombres se suben a los radios de las ruedas de los carros y casi no nos dejan ver. Entre los huecos de gente adivinamos sombras negras de toros bravos que se aproximan corriendo hasta el carro donde estamos y, en unos instantes, nuestra mirada choca con los rizos de la testuz, con el reflejo cristalino de sus grandes ojos negros, y escuchamos un bramido y vemos pasar unos cuernos seguidos de una sombra larga. La emoción y el miedo invaden los tendidos acelerando los latidos de los corazones infantiles y no.

En el carro amarillo, ese que tiene pintados unos pájaros grandes en las teleras, hay un abuelo que está sentado del revés, está de espaldas al ruedo, y está muy molesto, de mal humor. Dice que él no quería venir a los toros, que quería quedarse en casa, pero que los hijos y los nietos lo han obligado, dice que le dijo: ¡Mecagüen sandiez! Vale, voy pero no miro, y pienso quedarme así toda la tarde, mirando los tesos ¡No te amuela...!



                                                                      - foto simbólica -

En la arena, detrás de un poste de palo, el maletilla mordisquea el capote y observa al toro que corre y exhibe su porte por el ruedo, va buscando un hueco por donde escapar, ese toro ya tiene plaza, dicen, ya lo han terau. Salen los mozos recortadores del pueblo y los recortadores forasteros, el toro sigue buscando la huida, el maletilla sale al quite, que no escape, y el toro enviste, entra al capote y hace lucirse al chaval. Se escuchan olés, aplausos y música de pasodoble-torero, al tiempo que consigue llevar al toro hacia los toriles, lo encierran y los mozos cogen a hombros al maletilla y le dan la vuelta al ruedo.

Detrás, los otros maletillas llevan en volandas un capote extendido, un capote viejo, decolorado, recosido y con desgarrones nuevos, pidiendo la voluntad a los espectadores que los aplauden y arrojan monedas al capote, monedas, abanicos, flores, medios-panes, una lata pequeña de sardinas en aceite y tajadas de salchichón y chorizo.

Termina la vuelta al ruedo y las voces de la gente piden a la presidencia otro toro, ¡otro toro, otro toro...! Y repiten toro hasta el anochecer. Ya saben los maletillas que cuando los mozos se cansen o se harten de jalar a los toros, solo entonces, dejarán actuar a los maletillas, y ellos, pacientes y atentos a cualquier oportunidad, saltan espontáneos al ruedo, adelantándose al peligro salen al quite tratando de evitar males mayores cuando intuyen la amenaza de que algún mozo pueda ser corneado ... "


( En nuestro país. 2020 / 2021, sin fiesta, bajo la pandemia que asola el mundo, Covid-19)



Isa. _  del libro "Crónicas a la Luz del Candil"

https://www.google.com/search?q=cronicas+a+la+luz+del+candil&rlz=

5ª parte) ... San Roque. Bien pasada la hora del mediodía nos vamos a comer

 


                                                                        - fotografía de Loles Gómez Guerra -


Nos vamos a comer con los tíos y los primos. Comemos en casa, en la mesa grande que está en la sala grande, ahí cabemos todos. Hemos sacado la mantelería buena, los platos blancos de teja buena, los vasos bonito, el cucharón, los cubiertos buenos, el juego de café y el juego licorero, en el que las señoras suelen tomar un sorbito de licor, ese juego que tiene seis vasos chiquitines dentro de una bandejita también de cristal. Las copas de anís "La Asturiana" y el coñac "Centenario Terry" de los hombres. El frutero calado de teja blanca (ese que tiene esmaltadas unas flores) donde se sacan los dulces que hemos dado a hacer en la tahona. Las fuentes de teja blanca donde se sacan a la mesa los postres de leche.

Es una comida muy bonita, con todo bonito, todo rico, todos los invitados alegres, todos contentos, todos de fiesta, todos de estreno. La sobremesa se alarga en conversaciones, risas y algún cante que otro. Las mujeres, mientras, recogen, friegan la loza y se van arreglando para salir por la tarde,

Al atardecer, esperamos turno en las filas de montar en las cadenas, en las barcas y en el tiovivo. luego vamos con los mayores a verlos tirar a las tómbolas y a ver qué ganan en esas rifas que se parecen al sorteo de la lotería. Y antes de que se ponga el sol, buscamos al retratista que anda por las calles, para que nos saque un retrato a todos juntos. Ya hay forasteros que se han comprado máquina de retratar y se sacan ellos mismos los retratos.

A la mañana siguiente es el encierro por las calles, es cuando pasan los toros de los corrales a los toriles de la plaza. En las ventanas de los sobraus que dan a las calles del recorrido, los niños y las madres gritan, ¡eh, toro, eh! El cosquilleo del miedo nos hacer mover agudos los trapos coloraus que hemos atado a una lía, una lía que casi llega hasta el suelo, añadida con más lías anudadas, intentando llamar la atención de la manada.


                                                              

                                                                            - foto simbólica -

Los mozos corren por la calle entre los toros y los cabestros, citándolos y subiéndose a los carros y a las rejas de las ventanas. Los perdemos de vista y se oyen gritos de que se ha escapado ¡se ha escapado uno! Ante tanto alboroto, no se sabe si el toro se ha escapado por sí solo o le han hecho hueco por donde salir, el caso es, que ha sembrado el pánico en muchos y el gozo entre los que corren a buscarlo ... "


( En nuestro país. 2020 / 2021, sin fiesta, bajo la pandemia que asola el mundo, Covid-19)


Isa. _  del libro "Crónicas a la Luz del Candil"

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viernes, 6 de agosto de 2021

4ª parte) ... San Roque. Armando la plaza.

 


                                                                         - fotos simbólicas -

"... En la plaza de toros ya no caben más carros, ya está completa. Calzan las ruedas, encajan las viguetas y los atan entre sí, rueda con rueda con una maroma, por atado, para que no se muevan, para que estén seguros. Ya pueden subirse los trillos apoyados en las barandas de los carros, hay que asentarlos bien, que no cojeen, que no haya desnivel a la hora de colocar encima las sillas de los espectadores.

En cada carro, suben los dueños del carro y además, se deja un sitio o dos para los que no tienen carro o ese año no hayan podido ponerlo por fuerza mayor. En el tablao del ayuntamiento, donde se sientan las autoridades y la orquesta, clavan ya las últimas puntas largas a las barandillas. Los carpinteros trabjan a destajo para que todo esté a punto al menos un par de días antes, para que dé tiempo a revisarlo tdo bien y a darle el visto bueno.

Los maletillas llegan a pie, andando los caminos de fiesta en fiesta, de plaza en plaza, de pueblo en pueblo. A dormir en la calle o en el campo, a comer a voluntad de la gente, año tras año. Hasta se oye decir, a tal o cual otro lo mató un toro o aquel tan bueno, ya tomó la alternativa. Vestirse de luces, dicen ellos, está por encima del miedo y de las calamidades del camino. Vestirse de luces es mucho más grande que el miedo más grande. Merodean la calle de la verbena y los exteriores de la plaza con el hatillo a cuestas. Calzan botas camperas, de tacones gastados y borlas espeluchadas embutidos en pantalones estrechos de talle alto, la camisa colorada con las mangas remangadas y los faldones anudados a la boca el estómago.

Tienen el talle muy fino, como de chico pequeño, y carita de hambre disimulada bajo una gorra visera dos tallas más de su tamaño. Los mozos, algunos mozos en solidaridad los convidan a "echar un cacho" a las bodegas porque los ven muy delgados, el de las greñas, el que más, está como un alfilitero. "Está que pisa un huevo y no lo rompe" que diría Miguel Delibes.


Esta mañana han empezado a tirar cohetes. Algunos hombres, mientras misa, han ido a echar la mañanada al campo, a las huertas, a las eras o a ver el melonar.

Las campanas repican, tocan al vuelo. La fiesta grande da comienzo con la Misa Mayor del día quince, la misa cantada del día de Nuestra Señora de San Roque, que sale en procesión, además, con la música de la orquesta del pueblo. La iglesia está abarrotada de público. Todos nos hemos puesto guapos vestidos con ropa nueva, y corbatas, gemelos, diademas, lazos, collares, pulseras y cancán, con los zapatos y sandalias brillantes. Hoy, todos de estreno.

Despues de misa, los niños nos vamos con los mayores al bar, allí hemos tomado una gaseosa fresca, con ellos, luego, nos hemos ido por las cercanías de los corrales donde están los toros, a escuchar. Todos tenemos miedo, pero allí estamos plantados junto a los corrales. Los más atrevidos se asoman por las rendijas de las traseras de madera, dicen, en voz baja, que se ven las patas, en ese momento se oye un bramido, salimos corriendo de miedo. 

Luego, no nos creemos del todo que el bramido haya salido del corral, puede que esté en nuestra imaginación, lo más seguro es que haya sido de algún niño haciendo la gracia. Corremos sin parar hasta llegar al bar donde están nuestros mayores, y es allí cuando dice Migue, escachándose de risa, que el del bramido ha sido él. Los padres nos riñen por haber ido a los corrales, que no se nos vuelva a ocurrir volver por allí, que somos muy pequeños.

Bien pasada la hora del mediodía la gente se retira a comer ..."


3ª parte) ... San Roque. Ya llegan los forasteros, los carruseles, las tómbolas, los primeros helados.

 


Las abuelas sacan de los baúles, de la sala grande, las sombrillas, los mantones de Manila, los pay´pay y los abanicos, tienen de todos los tamaños y colores, hasta abanico de luto.

En el horno de las tahonas se hacen las pastas, las magdalenas de aceite, esas que se hornean en moldes metálicos individuales, y las mantecadas de almendra en moldes redondos de papel rizado o en liso, al que hemos dado forma cuadrada, a mano. El olor a San Roque sale también por las chimeneas de las tahonas.

Empiezan a llegar las tómbolas, los carruseles, las barcas, las cadenas o sillas voladoras, el tiovivo, los tenderetes de juguetes y golosinas, el puesto de los churros, el señor que deambula por la calle cargado con su juego de ruleta de barquillos, los primeros helados, los helados "de mantecado" con sabor a vainilla servidos con unas pinzas aboladas  en su cucurucho de galleta. Llegan los camiones de refrescos que surten los bares y cafés, entran en caravana por El Camino Toro. El regocijo entre la chiquillería se desborda al ver aparecer semejante atasco de camiones.

Ya empiezan a llegar los forasteros; a caballo, en burro, en el coche de línea, en moto sidecar, en bicicleta, en carro, o en el aiga del café-casino.

En todas las casas hay invitados a comer y a cenar. Los tíos que no viven en el pueblo han venido a la fiesta, comemos y cenamos juntos y salimos juntos, Nuestros tíos y primos, los que se han quedado a vivir en la capital, nos cogen en brazos, nos tiran por alto, nos llenan la cara de besos ruidosos y nos estrujan en abrazos. Nos dicen que hemos crecido mucho, que estamos "desconocidos" y muy guapos. Los primos, también están "desconocidos· de lo grandes que están.

Estamos muy contentos con los tíos y los primos, de que hayan venido, como dicen ellos, a pasar el verano y a estar todos juntos. Nos han traído caramelos, una muñeca y una pelota, además nos dan propina para subir a los caballitos, a las barcas y, comprar lo que queramos en los puestos de la fiesta. Con todo el dinero que nos han dado nuestros padres, los tíos y los abuelos, hemos juntado un montón de pesetas. Auchamos unas cuantas y las otras las repartimos entre los días que dura la fiesta.

A las madres le han traído unos cortes de falda y una piezas de tela para la ropa de invierno. A los padres, unos cuarterones de picadura, una cajita de puros y un chisquero de esos modernos que se rellenan con la gasolina que gasta el motor de regar la huerta.



Los carpinteros o carreteros del pueblo, van y vienen del taller con tablones, tablas y postes, hay que atajar las calles. Los mozos y los hombres arrastran los carros de labor hasta las bocacalles por donde entrará la manada de toros y cabestros camino de los toriles ..."


( En nuestro país. 2020 / 2021, sin fiesta, bajo la pandemia que asola el mundo, Covid-19)

Isa. _  del libro "Crónicas a la Luz del Candil"

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2ª parte) ... San Roque. Los mayorales

 


" ... Los mayorales han salido de la ganadería dos o tres días antes de la corrida. Armados con picas cabalgan juntos en manada; hombres, caballos, cabestros y toros bravos, por tierras, senderos y gaviones a campo través. Desde las eras que pillan en camino se ven llegar envueltos en una gran polvareda. La manada, por llano, se ve desde una distancia considerable. Las mederas de trigo son altas, lo suficiente como para poder ver llegar los toros desde bien lejos. En lo alto de la medera se está a salvo, se considera un sitio seguro aunque en ocasiones, el toro ha corneado la mies y ha trasteado con los haces de trigo hasta cansarse, dejando un buen susto en el cuerpo de los que la ocupan.

Los mozos más osados salen al encuentro de la manada, a pie, y se ponen a resguardo subiéndose a los árboles. Los mayorales no quieren sorpresas, que no los citen, que no hagan nada que llame la atención a los toros, con eso basta. Ningún aspaviento al menos hasta que estén dentro del gavión de Los Capellanes, en donde ya quedan escasos metros para entrar al pueblo directos al corral. A los corrales más grandes que están por la entrada de Los Capellanes, donde descansarán y le darán de comer y beber, de doce a veinticuatro horas, sin que nadie los moleste.

A ambas orillas del gavión, en lo alto del vallau de Los Capellanes, el gentío apostado de un lado y de otro, aplaude, vocea y cita a los toros con trapos coloraus atados a la punta de una vara larga. Los toros pasan corriendo sin hacer caso a nada ni a nadie, como buscando cobijo. A su paso dejan un rastro de viento suave que se ha ido formando por la velocidad que llevan "los bichos" y hasta el encaje seco que forma la avena-loca, en las laderas del gavión, se echa a temblar con ellos.


Ya tenemos aquí los toros, la grandeza de la fiesta, la fiesta de San Roque, la fiesta grande. Ahí se quedan, en los corrales, hasta unas horas antes de la corrida que los pasarán a los toriles por las calles atajadas para el encierro.

El hecho de que los toros bravos estuvieran en  el pueblo, saberlos tan cerca, allí encerrados en aquellos corrales..., a los niños nos producía cierta inquietud. Inquietud que, a eso del anochecer se había transformado en miedo. En la noche, este miedo iba haciendo mella en el sentir, tanto, que a la hora de irnos a la cama nos mantenía bien despiertos robando las horas del sueño infantil.


( En nuestro país. 2020 / 2021, sin fiesta, bajo la pandemia que asola el mundo, Covid-19)



Isa. _  del libro "Crónicas a la Luz del Candil"

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jueves, 5 de agosto de 2021

1ª parte) ... San Roque ¡ La Fiesta Grande !

 

                                                             - fotografía de Luis Manrique -

"Son como las doce de la mañana. Los hombres, mujeres y niños del pueblo están trabajando en las eras, en las huertas o con los últimos viajes de acarreo. El pregonero del pueblo anda por las esquinas echando el pregón, para que esta noche, acudan los hombres a la junta, asunto a tratar: los toros y las fiestas de San Roque, sigue diciendo el pregón, que se celebrará en el consistorio, que se abrirá al público recién anochecido.

La chiquillería que hemos tenido la gran suerte de oír el pregón, damos brincos gritando de alegría y empezamos a hacer planes, a buscar trapos-coloraus y a preparar el "candajeo" del atardecer con la caterva de amigos.

Cuando terminemos las tareas de la era y de la huerta, nos pondremos las playeras blancas que lavamos en la mientras siesta, casi a diario, las ponemos a secar en el corral colgadas de los cordones en los palos de la tenada, ahí secan bien, el sol del mediodía las achicharra. Están de moda, todo el mundo lleva playeras blancas.

Al atardecer nos "ponemos limpias", en el agua de la palangana nos "refregamos" las piernas del polvo de la era o de la huerta, luego nos damos un poco de "nivea" para los arañazos y las rozaduras y nos vamos a "cantar los toros" a la puerta de la iglesia que es donde vive el señor alcalde. Allí le cantamos, todas las vísperas, hasta la llegada de la fiesta. Chicos, chicas, niños y niñas recorriendo el camino de la puerta de la iglesia hasta la plaza de los toros que la están haciendo en El Potro, a ver cómo avanzan los preparativos de los carros y del tablau. A ver llegar los camiones con los tenderetes, las tómbolas y las atracciones nuevas que traerán este año para nosotros.

Ya viene San Roque, madre,

ya vienen los forasteros....

Ya están haciendo los hoyos en la plaza, los hoyos donde irán metidos los postes de madera que aguantan el tablao en el que se acomodan las autoridades y la orquesta.

Los padres hacen cálculos con las labores del campo, sobre la fecha en que podrán ir a poner el carro u formar la plaza de toros entre todos los carros que van llevando los vecinos del pueblo. Ya hemos contado cinco carros en la plaza.

Las madres, entre tarea y tarea de los quehaceres del campo, embarran las casas, encalan las fachadas y le dan de polvos "coloraus" y de "muñicas" al piso. Hacen viajes a Toro para comprar las telas de los vestidos de estreno, los zapatos y las sandalias. Compran los figurines para elegir cómo queremos que nos hagan el vestido, el vestido de estreno para San Roque.

A los hombres le compran gemelos, corbatas, camisas y pantalones o traje completo. Las mujeres se tiñen las canas, se hacen la permanente, se cogen los tubos o se rizan el pelo llenándose la cabeza de pinzas metálicas de esas que llevan dos hileras de dientes.

Las jovencitas, siguiendo la moda, se alisan la melena haciéndose "la toga" o se cortan el pelo "al logarsón". Por las noches las barberías se llenan de hombres y mozos a "arreglarse" a cortarse el pelo a cepillo, al cero o cualquier otro corte con el que se vean favorecidos y, a que le den un buen afeitado a navaja con paños calientes, lociones y colonias.

Entre tarea y tarea del campo, las madres preparan los postres en las tardes de víspera, cuando se termina de fregar la loza de la comida y de recoger la cocina. Es en el silencio de la mientras siesta cuando las calles del pueblo empiezan a oler a vainilla, a aromatizante de "Flanín el Niño" a flan de huevo, a azúcar caramelizado, a leche frita, a arroz con leche, a chocolate, a natillas con galletas y a bizcocho casero.

Mientras, en el trinquete empieza a sonar la gramola del café del Casino. La máquina, picadora de almendras, de la abuela Joaquina, sale de la alacena donde permanece guardada la mayor parte del año, de fiesta en fiesta. Está envuelta en un paño de algodón blanco bordado con un remate de ganchillo. Es una máquina pequeñita que va sujeta al tablero de la mesa de comer con unos tornillos de mariposa. Hace trocitos las almendras, cocidas y peladas, que lleva alguna que otra parroquiana. Después, el triturado de almendras lo mezclan con azúcar y lo añaden a los ingredientes de las mantecadas de fiesta que cocerá el horno de la tahona. Se da a la manilla y a vueltas de manivela pica las almendras, y también hace pan rallado, moliendo los rebojos del pan sobrante que se hayan puesto muy duros.

En la puerta-ventana del segundo piso se deja ver la silla donde han colocado la  gramola dorada del café del Casino, la han sacado al balcón que da a la calle del Camino Toro. La música invade el trinquete y las calles aledañas lanzando melodías al aire: tangos, baladas, vals, pasodobles, boleros, cante-flamenco y coplas, para alegría del vecindario y de todo el que pase por allí, estimulando con más fuerza, si cabe, el tiempo de vísperas.

Al volver del trabajo en el campo, los mozos se reúnen y van preparando todo para hacer la limonada en las bodegas con unos cántaros de vino, pagados a escote, para el gasto de la fiesta. Entre todos limpian la bodega, la riegan, la barren y la vuelven a regar, le ponen unos cuantos "sentajos" más para que quepan todos. Compran velas y mecha, limpian y atizan de aceite los candiles. A las bodegas que tienen metida la luz eléctrica, le cambian las bombillas fundidas y compran alguna más de repuesto para que no falte la luz en las fiestas..."

( En nuestro país. 2020 / 2021, sin fiesta, bajo la pandemia que asola el mundo, Covid-19)



Isa. _  del libro "Crónicas a la Luz del Candil"

https://www.google.com/search?q=cr%C3%B3nicas+a+la+luz+del+candil&rlz  

Domingos de cine

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