Cuentan y dicen y dicen y cuentan: Me contaron ayer. que...
El reloj de sol de La Piedra las Nueve.
El origen del nombre BURACAS. ¿Por qué el nombre? Tenemos que remontarnos al pasado.
Tenemos que remontarnos al tiempo pasado, ese tiempo que, en el que siempre se puede ir largo, los tiempos pasados siempre son más grandes que los presentes y los futuros. Allá por los veranos En los veranos del s., XVIII.
Que, en tiempos de mis bisabuelos...
Venían al pueblo jornaleros gallegos a segar los campos de Castilla, en los tiempos en que no había relojes o que la mayoría de la gente o la gente pobre no tenía relojes, miraban como sabemos la Piedra las Nueve para ver qué hora era, como todos. Al principio de llegar estos segadores para mirar la hora tenían que localizar la Piedra las Nueve. las buracas les servía de referencia para localizar la famosa piedra de las nueve y entonces decían -donde los agujeros grandes o cuevas etc.- En esa época que no había relojes. En dialecto gallego ellos tradujeron Buraco terminado "o" significa pequeño, agujero pequeño, y en dialecto gallego la terminación "a" significa grande, buraca=agujero=grande. Con lo cual desde esa época pasaron a llamarse Buracas palabra proveniente del idioma o dialecto gallego.
Climatológicamente estas personas extrañaban el calor, con lo cual era, suponía un cansancio añadido al trabajo de la siega a mano a hoz la fuerza el calor castellano, la seguía, la falta de lluvia, a la que ellos estaban tan acostumbrados, y, que esta bizarría consiguió, llegó a hacer méritos y atributos entre las mozas casaderas hasta que al punto y hora de elegir novio, marido, pues, el haber estado segando en tierras de Castilla era considerado un atributo que honraba y fortalecía la valía del hombre como hombre-duro-trabajador. El haber sido capaces de soportar el clima, la sequía, los calores, si habían sido capaces de trabajar en las tierras al sol ardiente no iba a faltarles el trabajo y el sustento nunca.
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... pescar en la guareña ... aguja de hueso o marfil ...
Aunque nuestro pueblo no era pueblo pescador, propiamente dicho, sino que eran dos los dedicados y el resto aficionados entre los ricos, pescaban con las artes y los trastes de entonces, había una aguja plana del largo y del ancho de una mano donde se devanaba el hilo y se hacía la red, antiguo arte, muy antiguo. Mi abuelo materno enseñó a aquel chico que luego me agradeció de mayor-adulto-adulto (ya adultos-adultos ambos dos). El agradecimiento a José Luis Valle Crespo, es mútuo.
- Creación fotográfica de mi hijo, Ramsés -
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