- Fotografía: Ramsés Radi Hernández.
Ramsés Radi
- Toro es una ciudad histórica y monumental. La ciudad es reflejo de su notable papel histórico, de especial relevancia entre los siglos XII y XVI, en la que fue sede real y lugar de celebración de Cortes. Su casco histórico acoge auténticas joyas monumentales, entre las que destaca la Colegiata de Santa María la Mayor. En sus calles se percibe la imbricación de distintas etapas de su desarrollo histórico, siendo aún identificable la traza y los elementos clave de la estructura urbana fundacional, junto con el de otras etapas posteriores de su desarrollo. Otro de los elementos clave en la configuración de su estructura urbana es su emplazamiento sobre un accidente orográfico significativo, consistente en una considerable elevación del terreno y su ubicación próxima al Duero.
- El río Duero se configura como el elemento central del relieve y la morfología del municipio, atravesando el término de este a oeste. El río ha ejercido un drenaje espectacular del territorio de su amplio valle, que en algunos puntos puede superar los 6 km de anchura, determinando su particular fisonomía de terrazas, laderas, abarrancamientos y fondos de valle. El municipio se extiende por encima y debajo del río, con tierras principalmente cubiertas de viñedos, con las que se ha generado una cultura vitícola de alta calidad que se ha protegido con la Denominación de Origen Toro. A pesar de que su suelo cuenta con una alta ocupación por actividades agrícolas, el territorio municipal presenta importantes áreas protegidas que incluyen un lugar de importancia comunitaria (LIC), una zona húmeda catalogada y un monte de utilidad pública (MUP)
- TOPONIMIA:
- El topónimo de esta ciudad se asocia con el toro. De esta asociación surgió el mito, respaldada en este caso con la aparición en su término de un toro de piedra antiguo. Sin embargo, la etimología de Toro está documentada desde antiguo, siendo un derivado de «Campu Gothorum», es decir de «campo de godos» que con el tiempo se convirtió en su actual denominación.
- El denominado verraco es un toro de granito que fue hallado en la ciudad y que para muchos es el origen de su actual nombre. Algunos historiadores lo esgrimen para justificar que Toro fue el primitivo asentamiento vacceo de «Arbocala».
- HISTORIA:
- Se cree que el primigenio asentamiento humano fue un castro vacceo. Incierta es la presencia romana en la ciudad, el testimonio más evidente es el puente mayor sobre el río Duero, aunque su reconstrucción, de finales del siglo XII o principios del XIII han dejado muy pocos sillares almohadillados de fábrica romana. Leovigildo fundó «Villa Gothorum», la actual ciudad de Toro, a fin de usarla como baluarte contra los suevos y como lanzadera de la ocupación de lo que se denominó «Campi Gothorum» (Tierra de Campos).En el S.IX fue repoblada, a esta época pertenece la estructura primigenia de la ciudad y algunos de sus elementos patrimoniales más significativos, como son el primer recinto amurallado y el alcázar. Fernando I de León (1016-1065) legó el señorío de Toro a su hija Elvira, pero su hermano, y primogénito, Sancho, no tardó en incorporar dicho señorío a sus territorios, donde los retuvo hasta su asesinato a las puertas de Zamora, volviendo de nuevo a manos de Elvira.
- A partir del siglo XII la ciudad se convirtió en un centro de poder político, religioso y militar. El poder militar se articuló en torno a la plaza del Alcázar, el poder civil municipal en la plaza Mayor y el religioso construyó a partir de 1160 la colegiata de Santa María la Mayor y se reservó el espacio público previo. Su creciente importancia aumentó de forma decisiva tras la muerte del rey Alfonso VII de León, también llamado «el Emperador», como consecuencia de la separación de los reinos de León y Castilla, reforzando su papel de plaza fronteriza bajo las políticas del reino de León. Como consecuencia, la ciudad creció con nuevos asentamientos extramuros que dieron paso a la construcción de una segunda cerca, la «cerca del arrabal», que fue iniciada hacia el 1208, ya bajo el reinado de Alfonso IX de León.
- Con el siglo XIII se inició la etapa de mayor esplendor de la ciudad de Toro, en la que la sociedad civil se centró en la actividad comercial, abandonando progresivamente la militar. Se considera que el detonante de esta tendencia fue la promulgación del primer fuero de la villa, otorgado en 1222 por Alfonso IX de León. Este hito supuso el despegue de algunas de las actividades que sustentan actualmente la economía toresana, como son la horticultura o el viñedo. De esta época destaca la figura de María de Molina, precursora de algunos de los principales monasterios de la ciudad, como el de San Ildefonso o el de Sancti Spiritus el Real.
- En el siglo XIV se desarrolló aún más la actividad comercial y artesana en Toro. De esta forma, se creó una diversidad de oficios y actividades que se agruparon por gremios en calles (de Hornos, Candeleros, Odreros o la Plata) y plazas (de las Uvas, de la Paja o de Bollos). El impulso económico también contó con el respaldo de la corona, al conceder al concejo de Toro una feria franca que se celebró en los quince días siguientes a la virgen de agosto y que actualmente se conoce como «Ferias y Fiestas de San Agustín». Este notable empuje económico dejó su impronta en la estructura urbana de la ciudad, siendo su mejor ejemplo los numerosos monasterios, conventos, hospitales y viviendas señoriales que se construyeron.
- A finales de la Edad Media la ciudad era uno de los principales núcleos urbanos de la Corona de Castilla, por lo que formó parte del grupo de dieciocho ciudades que podían enviar procuradores con derecho a voto en las Cortes de Castilla, estatus que fue germen de la posterior provincia de Toro. Esta fue una época en la que se acusó una cierta pérdida de poder de la corona en beneficio de la nobleza. En este contexto, la posición estratégica de Toro terminó situándola en un primer plano de la Guerra de Sucesión Castellana, siendo finalmente escenario de la batalla de Toro el 1 de marzo de 1476 entre los partidarios de la princesa Doña Juana (llamada por sus adversarios «la Beltraneja»), y los seguidores de su tía y futura reina Isabel (conocida como «la Católica»).
- La expulsión de los judíos de España de 1492 afectó de lleno a Toro que contaba con el barrio de la Judería en la zona este de la ciudad. En 1505 se reunieron en Toro las Cortes de Castilla para cumplir con dos importantes hechos: confirmar el testamento otorgado por la reina difunta, por el que se proclamaba reina de Castilla y heredera de todos sus reinos y tierras a su hija doña Juana (que con ello pasaba a ser la reina Juana I), y se promulgaba un ordenamiento conocido como las Leyes de Toro que habían sido redactadas poco antes del fallecimiento de la reina Isabel. Las Leyes de Toro se promulgaron el 7 de marzo de 1505 y recogen un total de 83 leyes que resolvían múltiples cuestiones relacionadas especialmente con el derecho civil.
- El inicio del siglo XVI fue convulso, siendo un claro ejemplo el levantamiento armado de los comuneros y la consiguiente guerra de las Comunidades de Castilla. En este contexto histórico, la ciudad de Toro se posicionó y tomó parte activa en el bando comunero que fue derrotado en la batalla de Villalar por las tropas realistas. Desde un punto de vista urbanístico, la ciudad mantuvo una línea continuista de crecimiento, en el que destacan las numerosas fundaciones religiosas, provocadas por la llegada de Carmelitas, Mercedarios Calzados, Agustinos, o los Canónigos Regulares de San Antonio Abad, que se completarían durante el siguiente siglo con la llegada de nuevas órdenes como los Capuchinos y los Franciscanos Descalzos.
- El siglo XVII marcó una clara tendencia de decadencia política y social, sufriendo una sangría demográfica y una reruralización en la que su economía se basó en su pujante sector primario, con el cereal y el vino al frente. El retorno a las actividades tradicionales permitió que la ciudad recuperara paulatinamente el pulso económico. De esta época son el Ayuntamiento, la Torre del reloj, el Hospital General de Nuestra Señora de las Angustias y un buen número de obras públicas, a las que se unió el incremento de otras actividades económicas en la ciudad al asentarse en ella un buen número de artesanos y artistas. En el S,XIX el estancamiento del sector primario dará paso a una sociedad basada en el comercio y la industria, junto con la aparición de algunos elementos más característicos de la ciudad moderna, como la travesía de la carretera Zamora-Tordesillas, que supuso una mejora sustancial de la comunicación de la ciudad y que posteriormente se vio complementada con la llegada del ferrocarril y la construcción del puente de hierro. De esta época son también los primeros grandes espacios públicos contemporáneos -como la plaza de San Francisco o los Paseos del Carmen y del Espolón- y nuevos equipamientos como el cementerio, el mercado, el teatro Latorre o la plaza de toros, entre otros.
- A mediados del siglo XX se inicia una nueva etapa de recuperación económica, derivada en gran medida de la llegada de los canales de riego -canales de Toro y San José- y la consiguiente optimización de los regadíos. Surgen las primeras estructuras industriales importantes relacionadas con la agricultura, como los silos del Servicio Nacional de Trigo, la Azucarera o la Granja Florencia. Por contra, durante esta centuria se produjo la decadencia ciertas actividades económicas tradicionales como la alfarería, de las que llegaron a coexistir hasta treinta alfares a comienzos de siglo hasta su desaparición en la primera década del siglo XXI. También se construyen las primeras promociones de vivienda -obra sindical- y con ellos los barrios de Eusebio Rebolledo, Francisco Temprano y el Carmen, junto con los primeros equipamientos periféricos. La pérdida de funcionalidades del centro histórico conlleva su última transformación, adaptándolo a un papel más asociado al de recurso turístico y comercial.
- ECONOMÍA:
- Destaca especialmente su industria agroalimentaria, principalmente las bodegas de vino bajo la Denominación de Origen Toro, con su uva característica “La tinta de Toro”. También la azucarera, empresas transformadoras, tanto de productos lácteos como de panadería-repostería y el turismo.
- LOS VINOS DE TORO
- Cuentan con una gran tradición. Sus orígenes son anteriores al asentamiento de los romanos. En la Edad Media fue considerado un bien de gran aprecio, siéndole concedido privilegios reales que permitían su comercialización en ciudades donde la venta de otros vinos estaba prohibida. Se llenaron con estos vinos bodegas reales y navíos que alcanzarían las tierras del nuevo mundo. Durante el siglo XIX se exporta en grandes cantidades a Francia para suplir la falta de vino provocada por la plaga de la filoxera. En los años 70 del siglo XX se dan los primeros pasos para crear lo que con el paso del tiempo llegaría a ser la Denominación de Origen Toro, cuya culminación llega en 1987. En la actualidad el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro avala la calidad de 51 bodegas. La evolución que ha experimentado en las últimas décadas les ha llevado a ser protagonistas del magma que arrastra la crítica de vinos tanto a nivel nacional como internacional.
- PATRIMONIO
- La ciudad de Toro cuenta con una notable presencia de recursos culturales y patrimoniales que le valieron la declaración de Conjunto histórico-artístico por Decreto de 24 de octubre de 1963.
- El valor artístico está patente tanto en sus edificios religiosos, algunos de los cuales ostentan la categoría de monumento histórico-artístico, tales como la Colegiata de Santa María la mayor, la Iglesia de San Lorenzo, la del Salvador, la del Santo Sepulcro, el monasterio de Sancti Spiritus el Real, iglesia de San Pedro del Olmo y Santa María de la Vega, como en sus numerosos palacios y casas historiadas que evocan el recuerdo de aquellos gloriosos tiempos.
- El Alcázar de la Ciudad de Toro es la edificación más antigua de la ciudad, junto con los restos de la primera cerca de la ciudad. Se trata de una arquitectura fortificada, construida en el siglo X, de forma rectangular con siete cubos macizos situados en las esquinas y en la parte media de cada lienzo, a la que se debería añadir una torre del homenaje demolida en el siglo XIX. El Alcázar es una construcción de cal y canto rodado, con sus caras chapadas de piedra caliza.
- La Colegiata de Santa María la Mayor, del siglo XII (que a su vez cuenta con el Pórtico de la Majestad), rómanica y gótica. En la sacristía está el famoso cuadro de la Virgen de la mosca (siglo XVI), así como un Calvario de marfil único en España y una custodia de plata que estuvo en Londres hasta hace muy pocos años.
- El Monasterio de Sancti Spiritus el Real: En él se encuentra el Museo de Arte Sacro de Toro, donde se encuentra una colección única de sargas policromadas siglo XVI, con escenas de la Pasión tomadas de estampas italo-flamencas de grandes dimensiones. La principal obra de arte del monasterio es el sarcófago mausoleo de Beatriz de Portugal, reina consorte de Castilla y León. Del inmueble también destaca su coro, iglesia, claustro, sala capitular y refectorio, entre otros.
- Existe además una importante muestra de arquitectura religiosa, representada especialmente por el conjunto de iglesias mozárabes del siglo XII y XIII, y la presencia de importantes conjuntos conventuales y monásticos de la ciudad, entre los que destacan el monasterio de Santa Sofía, la iglesia de San Julián de los Caballeros o la iglesia de Santo Tomás Canturianense.
- También tiene que señalarse como Bienes de Interés Cultural la primitiva cerca de la ciudad, con las puertas que se mantienen en pie, especialmente la puerta de Mercado, así como el importante conjunto de blasones que jalonan buena parte de la arquitectura noble de la ciudad.
- La presencia de una arquitectura palacial, vinculada a la nobleza es también característica de la ciudad, con una abundancia de arquitectura especialmente de los siglos XVI y XVII, época de esplendor de la ciudad. Todo el conjunto de palacios y casas solariegas son el ejemplo más destacado de la arquitectura civil de la ciudad, entre las que se debe destacar: el palacio de los Ulloa, el palacio de los marqueses de Santa Cruz de Aguirre, el palacio de los marqueses de Alcañices, el palacio de los Condes de Catre, el palacio de los Monsalve, el palacio de la Nunciatura (Solar de los Manso), el palacio de los marqueses de Mota y condes de Villalonso, el palacio de los marqueses de San Miguel de Gros (casa de las Bolas), el palacio de Ruiz Pazuengo, el palacio de Salazar y Montalvo, el palacio de Verdenoso, el palacio de Samaniego, el palacio de Fonseca, el palacio de Frontaura y Victoria, el palacio de los marqueses de Valparaíso (Vivero), el palacio de los condes de Fuentesaúco (Deza y Águila), el palacio de Amavizcar, el palacio de López, o el palacio de Zapata.
- Todos estos elementos, junto con unos magníficos ejemplos de arquitectura popular conforman un patrimonio abundante y de extraordinario valor, que en muchos casos forman parte del catálogo de elementos protegidos, como puede ser el caso del Hospital de la Cruz o el Arco del reloj. Pero además, junto a este patrimonio edificado, la ciudad cuenta con un importante patrimonio arqueológico, que muestran el origen celtíbero de la ciudad y su relación con el pueblo vacceo que dominó estas tierras. De esta época data uno de los principales símbolos de la ciudad, el denominado "verraco", un toro de granito hallado en la ciudad.
- FIESTAS
- La ciudad de Toro muestra un rico legado relacionado con el arte, la historia, la gastronomía y el vino, que han dado lugar a un conjunto de tradiciones y festividades que, en algunos casos, han sido objeto de reconocimiento como «Fiesta de Interés Turístico Regional», como son los carnavales, la Semana Santa y la vendimia. Entre las principales festividades que se celebran en esta ciudad, destacan por su importancia y popularidad las de:
- Los Carnavales son una antigua tradición toresana que documentalmente se remontan al 1590 y cuya regulación actual se encuentra en unas ordenanzas municipales de 1909. Su celebración se mantuvo incluso durante la época de prohibición generalizada de este tipo de festividades populares en España durante parte del siglo XX, aunque durante esta época se denominaban "Fiestas de Invierno". En 1975 vuelven a retomar su denominación originaria. Su notable popularidad fue objeto de reconocimiento en 1995, cuando la Junta de Castilla y León la declaró «Fiesta de Interés Turístico Regional».
- La «Fiesta de la Vendimia», también declarada «Fiesta de Interés Turístico Regional» en 2003. Durante su celebración, tiene lugar un "mercado medieval" y un "desfile de carros tradicionales". La espectacularidad de este desfile lo ha situado como acto central de la fiesta de la vendimia toresana. Se trata de un desfile de carros de tracción animal engalanados a la antigua usanza, con su carga de cestos de uvas y acompañados por vendimiadores de todas las edades vestidos con antiguos trajes de comienzos del siglo XX y sus aperos tradicionales.
- La «Semana Santa toresana» fue declarada «Fiesta de Interés Turístico Regional» en diciembre de 2007. Este reconocimiento se basó en la valoración de su antigüedad, singularidad, imaginería y procesiones. Destaca la procesión de la mañana del Viernes Santo, en la cual la Cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla saca a la calle un conjunto de doce imágenes entre las cuales destacan el Santo Ecce Homo, Nuestro Padre Jesús de Nazareno (el titular de la cofradía) y Nuestra Señora de las Angustias en su Soledad. También destaca la procesión del Viernes Santo por la tarde. Es la Asociación del Santo Sepulcro y su Soledad.
- La «Romería del Cristo de las Batallas», celebrada cincuenta días después del Domingo de Resurrección, coincidiendo con el Lunes de Pentecostés. El Cristo de las Batallas es el patrón de la ciudad de Toro, al que se le atribuyen numerosos milagros, muchos de ellos plasmados en la colección de exvotos conservados en la iglesia de San Sebastián.
- La «Feria del Ajo» que tiene lugar en el mes de junio, en esta tradición, numerosos vecinos y vecinas establecen sus puestos de ajos en una céntrica plaza de la ciudad
- Las «Ferias y Fiestas de San Agustín» (28 de agosto) tienen su origen se remontan a un privilegio dado en Valladolid el 10 de febrero de 1326 por el rey Alfonso XI, nieto de María de Molina. El origen de este privilegio se debe a la relación de este monarca con la ciudad de Toro, en la que pasó su infancia junto a su abuela, y a la necesidad de impulsar el comercio de esta ciudad. Ambas razones dieron lugar a que se concediera al Concejo de Toro una feria franca por 15 días, a partir de la virgen de agosto. En la actualidad, durante este festejo tiene lugar la denominada «Fuente de vino», espectáculo en el que se aúna, con mucho humor, toros y vino. La feria agroalimentaria sería la reminiscencia medieval de estas fiestas.
- La «Fiesta de la Virgen del Canto», patrona de Toro, tiene lugar el 8 de septiembre, día de la Natividad de la Virgen. Los actos centrales tienen lugar en la ermita del mismo nombre, que también fue parroquia con el nombre de San Juan de la Puebla.
- Fuentes textos: Wikipedia
- http://www.turismotoro.com
- http://www.dotoro.com/es/historia/
- Fuentes fotos:
- Viernes Santo Toro: foto propiedad de Turismotoro.es, extraída de la web: http://www.turismotoro.com/index.php/es/galeria
- Colegiata de Toro: foto propiedad de romanicozamora.es, extraída de la web: http://www.romanicozamora.es/.../ver/colegiata-de-toro/77
- Fiesta de la vendimia: foto propiedad de Turismotoro.es, extraída de la web: http://www.turismotoro.com/index.php/es/galeria
- Vista de Toro desde la Torre del Reloj: foto propiedad de Turismotoro.es, extraída de la web: http://www.turismotoro.com/index.php/es/galeria
- Un tinto? Un toro: foto propiedad de la DO Toros, extraída de la web: http://www.athletictoresano.es/patroci.../dossier-patrocinio
Toro es un municipio zamorano que cuenta con 9.115 habitantes (INE 2016). Con una extensión total de 325 km², es el municipio de mayor superficie de su provincia, al ocupar algo más de un 3% de su territorio, y uno de los mayores de Castilla y León. Está formado por Toro, y por una serie de asentamientos como Tagarabuena, la urbanización denominada El Gejo, La Estación, Montelareina, Granja Florencia, Villaveza, Villaguer y Estancia Piedra.
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Hoy localidad 433 TORO
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