Para muchos esta palabra procede del italiano carne vale (adiós a la carne), que a su vez viene del latín carnem levare (retirar la carne). Parecido origen tiene la palabra carnestolendas, del latín carnem tollere (quitar la carne).
Los antecedentes más antiguos del Carnaval se remontan a las fiestas con las que se celebraba el año nuevo o la entrada de la primavera, simbolizando el renacimiento de la naturaleza. Se conocen en Grecia procesiones donde se realizaban danzas promiscuas, y sobre todo, en Roma, con los cultos báquicos de carácter orgiástico y las Saturnales, fiestas en que la situación social se invertía: los hombres servían a las mujeres, los amos a los esclavos, los soldados elegían un rey burlesco. La costumbre de usar disfraces y máscaras se asocia, curiosamente, a antiguos cultos funerarios.
Con el establecimiento de la fe católica estas fiestas no desaparecieron del todo y encontraron su lugar como desahogo popular antes de comenzar los rigores de la Cuaresma antigua, tiempo penitencial de estricta austeridad y sacrificio.
En España la celebración de los carnavales se prohibió en diferentes épocas aunque con pocos resultados.
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(según almanaque. Semana VI del Tiempo Ordinario, Domingo, 14 de febrero de 2021)
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