Heredera universal de una gran parte de la fortuna de la dinastía familiar, venía al mundo el 12 de enero de 1870. Pobre niña pobre, pobre niña rica, que, en el mientrastanto de la vida y cuando sus primos paternos destacaban en el esplendor de las altas clases sociales de la época, ella permanecía anclada en su rincón emocional de los afectos de pobre niña pobre, de pobre niña rica. Recluida en la dehesa de San Andrés en Toro, allí, en la casa palacio de dicha dehesa,"vivía" la joven sirvienta rodeada de tierras de labranza.
Poco o nada se sabe de su infancia, apenas su madre la dio a luz, en Éibar, la dejó allí mismo, al cuidado de su hermana. Allí con su tía materna transcurría la infancia de Victoriana en la sombra y a la sombra de su familia paterna, en la situación emocional de no tener padre y ni tampoco la presencia de su madre (soltera), ni la de su medio hermano materno, Jacinto (nacido de otra relación), suponiendo que le hubiesen revelado la existencia de Jacinto. En estas dilaciones vive su infancia la niña Victoriana hasta que a los 7 años aparece empadronada en Toro (Zamora) con domicilio en la dehesa de San Andrés, como sirvienta. Ahora sí, ahora ya tenía al lado a su madre, Marta, también sirvienta en dicha dehesa, a su padre don Luis Villachica y a su medio hermano materno Jacinto, sirviente, y años más tarde encargado de la dehesa.
Luis Villachica contaba con setenta años cuando reconoció a Victoriana.
Mientras sus primos Villachica destacaban en el esplendor de las altas clases sociales de la época, ella, Victoriana, permanecía anclada en "su-lugar" en su rincón de la dehesa de San Andrés en Toro. Emocionalmente resulta fácil imaginarla y hasta percibirla desorientada siempre en su compleja identidad en el transcurrir de los años ¿ella qué sabía? ¿Ella qué culpa tenía, qué culpa tuvo? Solo nació. Únicamente fue engendrada por Luis Villachica y Marta Murgoitio (sirvienta en la casa de los Villachica) y nada más se sabe de su infancia y juventud. Solo que vivió en en ese intermedio de pertenecer o corresponder a dos "lugares" a dos estatus sociales extremos y no poder encajar ni en uno ni en el otro sino por el mero instinto de la supervivencia y teniendo muy presente que tampoco el discurrir del tiempo le mostraba su sitio ni le daba su lugar ¿cómo creció la niña, cómo la adolescente, cómo la joven Victoriana?¿Qué tenía en sus adentros al llegar a la edad adulta? Tal vez solo dinero, solo propiedades. Tal vez solo servidumbre, acritud, servilismo, resentimiento, y su verdad, su única verdad; su medio hermano Jacinto, Luis Villachica, un padre, para ella, desleído, y Marta, su madre, sus tres vínculos de sangre, con los que empezó la vida cuando la niña ya era mayorcita.
Victoriana hija del amor, vivió y tuvo la vida de los otros, nacida del amor, sin duda. Cualquiera que lea el escrito testamentario de Luis Vilachica a Marta también podrá ver, entre líneas, el mensaje claro de una declaración de amor, de amor y protección dentro o fuera encajando o no en las convicciones de la época, pero amor-verdadero, amor auténtico, amor imposible, amor difícil, amor romántico, amor de novela o de cuento de hadas, amor entre Luis y Marta, padres biológicos de Victoriana. Pero la niña Victoriana fue producto y fruto de otras vidas.
Ella careció de vida, de ciertos afectos, de ciertas presencias. Se vivió a sí misma sola, rica, pero tan sola. Heredera universal de su padre y la única de los nietos-Villachica que llevaría (en los años finales de su vida) el apellido Villachica en primer lugar, pero tan sola. Su vida transcurría sin ella, su vida sin ella, sin poder ser ella. La niegan las costumbres, las tradiciones y los "decoros" de la época. La niegan, pero ella es, ella existe, ella está, es quien es, es un hecho es una persona económicamente protegida y con la vida resuelta, heredera universal de los bienes de su padre Luis Villachica (hija natural, hija ilegítima) nacida de una unión que decidieron dos adultos pero que a la niña le correspondió, de por vida y con su vida pagar el precio de vivir, vivir sí o sí, hacer frente a su destino y afrontar a las consecuencias que derivaron de la relación de amor acaecida entre sus progenitores; su padre perteneciente a la alta burguesía madrileña y su madre una de las sirvientas de la casa.
Victoriana sería reconocida por su padre cuando ya ella fue bien mayor. Conviertiéndola oficialmente, de cara a la alta sociedad y a todos los efectos, en una persona mayor acaudalada.
Esta podría ser una de las historias de amor más bonitas del mundo; de felicidad para unos, de conflicto para otros, surgida en la saga familiar-Villachica entre los siglos XVIII y XX., y sobre todo, el secreto mejor guardado del Palacio de los Villachica. Lo idílico, lo bucólico de una profunda y preciosa historia y las consecuencias que recayeron sobre el fruto de su amor, su niña Victoriana pagaría, de por vida, un costo emocional.
Luis Villachica podría haber echado de casa a Marta Murgoitio, podría haber repudiado a la niña Victoriana pero no lo hizo, podría haberse desentendido de las dos, pero no lo hizo. Qué bonito para ambos dos Luis y Marta. El señorito enamorado de una de sus sirvientas. Qué muestra, qué manifestación de amor tan grande en aquella época con todos los demás en contra, con todo su mundo en contra. Podría haberlas abandonado a su suerte, sin embargo las mantuvo con él de por vida y se ocupó también de que no les faltara economía hasta el fin de sus días, tanto a Marta como a Jacinto, como a Victoriana.
Qué malhadadas las consecuencias emotivas para la vida de la niña Victoriana, de la joven Victoriana, de la adulta Victoriana.
Cuando nos detenemos en su esquela mortuoria, la de Victoriana Villachica, podemos observar que no aparece ningún miembro de su familia paterna. Solo sus adoradas sobrinas hijas de su medio hermano, Jacinto. Tan sola. Enterrada en el panteón de los Villachica en la Sacramental de Santa María de Madrid, descansa en la vida eterna aquella pobre niña rica. Su funeral oficiado en la conocida Iglesia de los Jerónimos de Madrid. Pero tan sola... Se sobreentiende que la familia paterna, a excepción de su padre, no llegó a aceptarla nunca. Pobre niña rica ¿qué culpa tenía ella, qué culpa pudo tener de ser rica, de ser pobre, de ser hija natural e ilegítima, de tener padres solteros, de tener un medio hermano materno o de nacer en la época en que nació...? Victoriana Villachica hija ilegítima del hijo menor de la saga familiar Villachica y de Marta Murgoitio su amante, una criada de la casa.
Victoriana Villachica: dicen de ella que era un personaje hecho de una mezcla de sentimientos entre huidizo y extraño... ¿Quién no en su lugar? ¿Acaso no fue extraña su situación en la vida y en la época?
"Si en la ciudad de Toro hay un nombre conocido por todos sus habitantes es el de Victoriana Villachica, integrante de una familia de la alta burguesía y la única de los nietos de Don Manuel Villachica Arza, que llevó el apellido Villachica en primer lugar. La compleja historia de una familia perteneciente a la burguesía decimonónica, (perteneciente o relativo al siglo XIX) cuya última representante, Victoriana, perpetuó su apellido gracias a la Fundación en Toro que lleva su nombre." (... decían las crónicas ...)
Como menciono al principio de este libro... Quizá uno de los primeros recuerdos que tengo de Toro sea aquel señor-terrateniente llamado Federico "el de Villachica" que a mí me llamaba poderosamente la atención verlo siempre de traje y corbata, él decía ser un sobrino de Victoriana Villachica, que los días de diario iba vestido de domingo, visitaba mi pueblo con frecuencia, mi calle y todo el término y la casa de mi tío, cuando yo era jovencita.
Después de investigar un poco sobre esta historia he podido llegar a la conclusión de que Federico bien podría ser un sobrino nieto político ( por parte materna y de su medio hermano Jacinto) de Victoriana Villachica....
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