sábado, 16 de octubre de 2021

El Duende de Zaragoza. En la década de los 50 del siglo XX todavía nos tenía intrigados y asustados, mucho más a los niños. La repercusión no solo se quedó en Zaragoza sino que traspasó fronteras.



En la década de los 50 del siglo XX todavía nos tenía intrigados y asustados, mucho más a los niños. La repercusión no solo se quedó en Aragón sino que traspasó fronteras. Su efecto llegó también a nuestro pueblo. Los periódicos, la radio, la televisión, todos los medios de comunicación de aquel entonces hablaban de ello. El fenómeno paranormal que se prolongaría en el tiempo dejándonos en la memoria un misterioso-entorno-encantando protagonizado por "El Duende de Zaragoza"


  • La primera investigación oficial de un fenómeno paranormal en España tuvo lugar en Zaragoza en los años 30 y fue un verdadero show escalofriante. Vamos, que si los de Cuarto Milenio hubieran existido entonces, se habrían frotado las manos. Y es que los misterios que durante unos días acontecieron en un edificio de Zaragoza mantuvieron a todos los zaragozanos en vilo. Este extraño suceso todavía hoy no tiene respuesta, pues todas las personas -y fueron muchas- que lo vivieron, no consiguieron dar una respuesta científica que explicara lo que allí sucedió. El caso fue de tal importancia que hasta el conocido periódico británico «The Times» se hizo eco de la noticia. ¿Sabes de qué leyenda estamos hablando? La historia de la casa del duende de Zaragoza. ¿No la conoces? Te la contamos a continuación.

  • La madrugada del 27 de septiembre de 1.934, unas sonoras carcajadas interrumpieron el sueño de los vecinos y vecinas del número 2 de la Calle Gascón de Gotor. Muchos de ellos salieron de sus camas para encontrar el origen de aquellas risas, pero la búsqueda fue en vano. Ese fue el principio de la historia del duende de Zaragoza que actualmente no tiene aún final. Los siguientes días ninguno de los habitantes de este edificio registraron nada raro y olvidaron lo sucedido. Pero el 15 de noviembre de ese mismo año, cuando la joven sirvienta del hogar se disponía a encender el fuego para preparar la comida escuchó un lamento que seguidamente se trasformó en una terrorífica voz: «¡Por lo que más quieras, no enciendas, que me quemas!».

La muchacha, invadida por el miedo, alertó a su señora y al escuchar de nuevo aquella voz  las dos abandonaron el domicilio en busca de auxilio. Al escuchar los gritos y conocer el porqué de aquel terror, los vecinos acudieron a la cocina para asegurarse de que no se trataba de una broma pesada. Lo que encontraron es que aquel diabólico ser seguía hablando, al parecer desde el interior de la hornilla. Desconcertados decidieron comunicar a las autoridades lo extraño que resultaba aquel evento para poner en sus manos la resolución de ese escalofriante misterio. Y de la misma forma que el caso llegó a la policía, los periódicos publicaron en sus páginas noticias que relataban la historia de este duende.

Como señalábamos, el caso llamó la atención de los periodistas de «The Times». Así pues, el 27 de noviembre de 1934 esta medio de comunicación publicó este artículo: «Un irónico duende, que habla por la campana de una chimenea, tiene sobresaltados estos días a los habitantes de Zaragoza, los cuales se afanan por dar con la pista de la misteriosa voz. Un arquitecto y varios obreros han sido requeridos para trabajar sobre el terreno: han removido todo el piso e incluso han levantado el tejado, pero los trabajos han sido totalmente infructuosos. La policía trabaja activamente, pero no se ha podido impedir que grupos estacionados frente a la casa se destacasen y varias personas se lanzaran al techo, presas de la gran alteración nerviosa, para buscar al duende de Zaragoza».

El duende de Zaragoza, un misterio sin respuesta

Durante mucho tiempo la voz siguió asustando a los inquilinos del domicilio hasta que un día de 1.935 se calló para siempre. Nunca se supo el origen del tal misteriosa voz, pero sí que hubo una culpable. Pascuala Alcocer, criada de la familia, fue considerada la autora del fraude. Se declaró que la empleada podía manipular su voz y hacer uso de una habilidad para la ventriloquia con el fin de engañar a la población. Algunos aseguran que esta afirmación no tendía validez, ya que en muchos momentos de la investigación Pascuala no se hallaba en el vecindario y eso no evitó que la voz siguiera sonando.


El edificio donde transcurrieron estos hechos ha desaparecido. Fue demolido poco después por miedo a que la voz regresara. Lejos de olvidar esta historia, los rumores y especulaciones en torno al duende de Zaragoza no han dejado de crecer. Cabe señalar otro de los extraños acontecimientos que guardan relación con este evento. Una de las más famosas espiritistas de la comunidad, Asunción Jiménez Álvarez, quiso contactar con el misterioso ser en una sesión de espiritismo, la cual terminó con la muerte por colapso de la médium. Todo un misterio aún por resolver. En la actualidad, en el terreno donde se levantaba este edificio de leyenda se encuentran unos apartamentos que tienen el nombre de ‘Edificio Duende’.


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  • El duende de Zaragoza (Zaragoza) - En una casa de la localidad en 1934 diversos testigos relataron oír una voz procedente de una hornilla de gas. Las autoridades policiales se personaron en la vivienda y los albañiles inspeccionaron los conductos de gas y otros elementos de la vivienda. 

  • El ejército colaboró, aislando la zona y evacuando a los habitantes cercanos a la vivienda, además de cortar las comunicaciones por ondas, sin embargo el fenómeno seguía registrándose. Según la prensa de la época la policía llegó a establecer conversaciones con la voz.

  • El caso se convirtió en un fenómeno mediático que recorrió toda España, incluso traspasando sus fronteras hasta convertirse en portada de los diarios más prestigiosos. Este caso se dio por finalizado tras culparse a la criada del hogar. El edificio fue derrumbado y se construyó otro (Edificio Duende).

  • Belchite (Zaragoza) - Tiene la fama de pueblo maldito debido a los extraños ruidos y formas fantasmales que algunas personas han dicho observar allí. Además, se han grabado multitud de psicofonías las cuales los investigadores paranormales asocian (al igual que el resto de fenómenos) con los enfrentamientos acaecidos en el lugar durante la guerra civil que causaron la muerte de más de 5000 personas.

- Wikipedia - lugares encantados -

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El 27 de septiembre de 1934, en la ciudad de Zaragoza, España, comenzó uno de los casos más conocidos del ámbito de lo sobrenatural, el del Duende de Zaragoza, en el cual una familia fue asediada por una entidad paranormal.

La familia Palazón, que residía en el complejo de apartamento de la calle Gascón Gotor, comenzó a experimentar sucesos inexplicables, como risas maniáticas y voces provenientes del interior de las paredes de la cocina. Eventualmente, los vecinos del edificio pudieron escuchar los ruidos, que en un principio fueron reportados por el ama de llaves de los Palazón, una mujer llamada Pascuala Alcocer.

La mujer reportó que una voz proveniente de una estufa de madera la atormentaba constantemente, y al inspeccionar (y para sorpresa de los miembros de la familia), una voz comenzó a responder preguntas y a interactuar de manera burlona con los Palazón. Conforme las noticias se extendieron, miles de individuos se interesaron en el caso del "Duende de Zaragoza".

Inclusive medios extranjeros como el London Times tomaron un interés por el caso; y la policía y autoridades de Zaragoza comenzaron a ponerle atención al asunto. Pascuala fue entrevistada por unos cuantos psiquiatras, pero sin resultado alguno.

La evidencia presentada (y el hecho de que la entidad seguía en el lugar, aparentemente) rápidamente demostró que no se trataba de un engaño o truco realizado por los Palazón o Pascuala. El "duende" no solo hablaba, si no que también podía adivinar cuántas personas se encontraban en una habitación determinada y pudo responder a un interrogatorio:

-¿Quieres dinero?

-No.

-¿Quieres un trabajo? -No.

-¿Qué es lo que quieres, hombre?

-No soy un hombre.

Sin respuesta alguna a los eventos, los expertos metidos en el caso dedujeron que Pascuala estaba realizando un complicado acto de ventrílocuo, cosa que jamás pudo ser probada.

Los ocupantes del edificio fueron desocupados y se llamó a un arquitecto para que examinara el edificio. Inclusive se llegó al grado de involucrar al ejército español y cortar todas las comunicaciones desde el exterior. Sin embargo, la voz continuaba saliendo de la estufa, esta vez mucho más agresiva: insultando y diciendo que mataría a todos.

Los investigadores, así como el arquitecto; se mostraron confundidos por la misteriosa voz y el hecho de que Pascuala (la principal culpable) no se encontraba en el lugar.

Al llamar a un albañil para que midiera la cocina, la voz le dijo: "No te preocupes, mide 27 centímetros", cuando el hombre se encontraba calculando las medidas de una parte determinada de la habitación. Y exactamente, como dijo el ser, la medida era correcta. El albañil se levantó y abandonó el edificio a toda prisa, dejando sus herramientas en el lugar.

Arturo Grijalva, hijo del dueño del edificio y único testigo vivo del evento, narra que en el tiempo que la investigación estaba siendo realizada, se escabulló al interior de la cocina para ver si podía escuchar a la voz. Se dio cuenta de que ya nadie vivía en el edificio, y que solo había policías guardando el perímetro del departamento.

Cuando Arturo le dijo a su padre que era una locura, que se fueran, la voz le contestó con una voz ominosa y gutural: "No estoy loco, pequeño". Todo mundo lo escuchó y huyó de la zona. Luego de dos meses, la voz se detuvo y jamás volvió a ser escuchada.

Pascuala fue considerada la culpable del fraude, ya que las autoridades probaron ser incapaces de determinar qué ocasionaba la voz. Se declaró que la empleada podía manipular su voz y realizar el complicado acto para engañar a la población.

Pese a que los escépticos refutaron el argumento diciendo que Pascuala ni siquiera se hallaba en el vecindario durante la investigación, la policía y los jueces locales siguieron culpando a la mujer. El ser inculpada tuvo consecuencias duraderas: la mujer jamás se recuperó del todo y se rehusó a socializar en público.

Ya siendo vieja, fue entrevistada por los medios españoles para que diera su opinión, y lo único que pudo decir fue que la voz venía de la pared.

El edificio donde ocurrieron los hechos ya no existe. Fue demolido para evitar que la voz volviera. En su lugar, existe un nuevo edificio departamental en el que hasta la fecha, no se han  reportado sucesos extraños. Su nombre es el edificio Duende.

- Wiki Creepypasta -

miércoles, 13 de octubre de 2021

El pájaro Pinto y las campanillas de agua



El abuelo Bastián le pregunta a Migue, si esta tarde quiere ir con él y con Lucero, a regar la huerta. Y Migue, sin pensar, acepta encantado. es la primera vez que el niño sale al campo y, es tan pequeño. Lucero es un borriquito de tinte azul-grisáceo que, compró Bastián en Toro, en La Feria del Ganado. Es de un tamaño pequeño y tiene una mancha blanca que parece una estrella estampada en la frente.
Preparan la merienda, se ponen los sombreros, y abuelo y nieto se van a regar la huerta. Migue, subido al burro. El abuelo hace el camino a pie sujetando el ronzal y le va explicando a Migue lo necesario que es el riego de los tomates, los pimientos, las lechugas, los pepinos, las cebollas, la alfalfa, sandías, melones, patatas, y, de todo lo que tiene sembrado en la huerta, que por eso han hecho el pozo y le han puesto una noria, y, que a esa noria van a enganchar a Lucero.
-Migue, hijo, mira, aquella es la noria, ya estamos cerca.
-¿Dónde, abuelo?
-Allí, ¿no ves la cabaña? Allí a continuación de los rosales. Entre la cabaña, la noria y los rosales andará el pájaro Pinto, en cuanto nos vea llegar verás cómo aparece.
-¿La has hecho tú, abuelo? ¿Has hecho tú la cabaña? Y, quién es el pájaro Pinto, ¿dónde está, cómo es?
-Ya lo verás, ya. La cabaña está hecha de barro y cañizo. La hice esta primavera, por si, de repente, cae un chaparrón que tenga uno donde ponerse a cobijo y para tener sombra cerca de la noria que bien se agradece, ya ves el calor que hace.
Migue, se queda extasiado contemplando la cabaña que ha hecho su abuelo. Una cabaña que tiene la entrada en forma triangular, pero sin puerta, el abuelo le explica que es para que pueda entrar todo aquel que se encuentre en la necesidad.
-Mira, mira el columpio que he colgado de los palos del techo...
En esto se oyen unos trinos, ahí está el pájaro Pinto, revoloteando entre ellos, entrando y saliendo de la cabaña, se oculta entre los rosales y vuelve a salir. Pinto, es un pájaro vivaracho de plumaje tornasolado como pintado de colorines.
-Ya está llamando la atención, quiere hacernos saber su contento porque se alegra de vernos y ¿sabes, Migue? No se asusta de la gente como los otros pájaros -dice el abuelo- siempre sale al encuentro.
Desaparejan a Lucero y guardan los aperos en la cabaña. Al burrito le ponen el collarín y los tirantes y entre los dos lo enganchan a la palanca de la noria. Después, el abuelo, dobla una especie de paño grande y lo coloca sobre los pizpiretos ojos de Lucero, a modo del juego de "La gallinita ciega"
-Abuelo, pero ¿por qué le tapas los ojos?
-Por qué va a ser, porque va a estar dando vueltas y vueltas al brocal del pozo durante toda la tarde, para que no se maree.
-¡Pobrecito! -exclama Migue todo compungido.
-No hay "cuidau", chico, estos animales aguantan bien, sufriría más si no lo tapáramos.
Y Lucero, a la orden de ¡arre! empieza a dar vueltas a la noria y Pinto con él como si fuera su guía. La noria gira y la cadena de arcabuces se pone en movimiento, bajan al pozo se llenan de agua y suben a vaciar en la arqueta. Migue, sigue con la mirada los andares de Lucero, las vueltas que da la noria y los vuelos de Pinto.
Esas vasijas que suben el agua se llaman arcabuces, Migue, y ahí donde vacían se llama arqueta, de la arqueta el agua sale a la regata que es como un camino de agua que la lleva hasta los cerros, y una vez allí la manejamos nosotros con la azuela. Ya verás.
-Y, este agua ¿se puede beber, abuelo?
-Y se puede beber. Pero vamos, vámonos deprisa que hay que abrir los liños (surcos)con la azuela, y hay que llegar antes de que llegue el agua para que no se vaya por otro lado y se desperdicie. Nunca hay que derrochar el agua, Migue, es uno de los bienes más necesarios y anda escasa, el agua hay que utilizarla muy bien y cuidarla mucho.
Migue, escucha atentamente las palabras de su abuelo sin parar de mirar todo cuanto le rodea.
-¿Ves esos árboles? Ahí entre los troncos mana una charca pequeña. Esos árboles son moreras, dan moras blancas muy dulces y las hojas de estas moreras se recogen para dar de comer a los gusanos de seda. Pues ahí en la morera más alta tiene el nido el pájaro Pinto, y bien alto que lo ha hecho. Mira chico, ya llegó el agua. Ahora abrimos el cerro con la azuela hasta que se llene bien y luego cambiamos al siguiente. Después te enseño cómo se hace para que lo aprendas.
Liño a liño, entre Migue, el abuelo y Lucero van dando agua a la huerta. Migue está disfrutándolo todo, solo que allí donde están no hay sombra, y como dijo el abuelo el calor aprieta. Un calor al que Migue no está muy acostumbrado. Así que el abuelo le recomienda que se vaya a la cabaña que allí se está fresco, y que se quede bajo cubierto hasta que paso el rato de calor fuerte.
El niño entra en la cabaña, sí, allí se está fresquito. Se tumba en el suelo de tierra y al runrún de los sonidos metálicos de los arcabuces y del vaciado del agua se va quedando dormido. Entonces ocurre que el sueño de Migue "comienza a llenarse de enredaderas floridas, de esas enredaderas silvestres donde florecen las campanillas blancas. El pájaro Pinto sobrevuela el sueño con una campanilla en el pico, se posa en el borde de la arqueta y suelta la flor en el pozo, después entra en la cabaña se desliza por la cabecita dormida de de Migue y le habla al oído de "una leyenda de campanillas blancas" Le cuenta que esas flores purifican las aguas de los manantiales y la vuelven tan cristalina que se puede beber..., y Pinto levanta el vuelo, recoge más campanillas y las echa en la charca pequeña que mana entre los troncos de las moreras, luego se baña en la arqueta, sube por la palanca de la noria hasta la cabeza de Lucero y allí se sacude las plumas, Lucero da un respingo y anda más deprisa..., y la noria da vueltas más deprisa..."
-¡Despierta chico, que ya es más que hora de merendar...!
El abuelo zarandea con suavidad al niño sacándolo del sueño. Mientras Migue se despereza el abuelo descuelga las alforjas con la merienda.
Pinto, subido al columpio otea la comida, sabe que siempre hay algo más que solo migas, el abuelo le pone al pájaro Pinto unos trocitos de la merienda. Da orden de ¡Sooo! a Lucero que obedece al instante. Tiene que descansar un poco, beber un cubo de agua y merendar unos puñados de alfalfa.
Mientras comen, el abuelo le cuenta a Migue, que esas flores, esas campanillas blancas tienen una leyenda muy antigua que dice que limpian el agua de los manantiales del campo y la vuelven más rica al gusto y más limpia y más cristalina y más pura. Migue interrumpe a su abuelo y le cuenta el sueño que acaba de tener con el pájaro Pinto,y las campanillas de agua. El abuelo se queda muy pensativo y Migue esperando una respuesta. El abuelo le dice que debe ser la magia de los campos. Terminan la merienda, recogen las alforjas y Bastián continua regando, Migue, se queda en el brocal animando a Lucero que después de la pausa de la merienda de alfalfa le cuesta coger el ritmo a las vueltas de la noria.
Y Pinto se acerca al brocal con una campanilla en el pico, la deja caer en el pozo, se mete en la arqueta, como bañándose, y saltito a saltito chorreando agua con las plumas desfiguradas, pegadas al cuerpo, sube despacio por la palanca de la noria hasta el lomo de Lucero, se coloca entre las orejas del burro y se sacude el plumaje. Lucero, al contacto con las gotas de agua da un respingo, a Migue le da la risa, y el burro empieza a andar más rápido, casi corriendo, como si el frescor del agua lo llenara de energía. Y Pinto se posa sobre el aparejo del burro y se queda ahí quieto como puesto a secar, luego emprende el vuelo y se va y vuelve, y se va y vuelve con otra y otra campanilla blanca en el pico, y la suelta en el pozo y se mete en la arqueta y se sacude el remojón entre las orejas de Lucero.
Cuando las ranas de la charca empiezan a croar y los grillos entonan su cric cric, significa que va cayendo la tarde, Lucero lo sabe, tiene cogida la hora y por eso se para tanto en las últimas vueltas a la noria, ya quiere irse a casa. El pájaro Pinto hace un buen rato que se ha recogido, Bastián y Migue lo han visto desaparecer entre el ramaje más alto de las moreras, allí duerme, allí está su nido.
-Chico ¿has visto a Pinto ir y venir con las campanillas? Daba gusto verlo, del pozo a la charca venga a echar flores, venga a limpiar el agua, venga a trastear a Lucero. No ha hecho otro oficio.
-Sí abuelo, no lo he perdido de vista en todo el rato ¡cuánto, cuánto me ha hecho reír!
El abuelo Bastián, ya en el camino de vuelta, va contando a Migue que regar es como alimentar las plantas porque el agua es la vida, ya lo has visto hijo, no vayas a olvidarlo nunca, dice el abuelo que, sigue sin poder entender ni explicarse cómo ha podido ser eso del sueño de Migue, de que el niño haya soñado con la misma escena que iba a presenciar al poco de despertarse, eso de las campanillas blancas que Pinto traía en el pico para echarlas al agua... Aunque el niño esté convencido y se haya quedado tranquilo con la explicación de su abuelo de que "todo se debe a la magia de los campos" y como quiera que Bastián no ha parado de darle vueltas a esa "magia" y por más que discurre no entiende cómo puede haber sucedido tal cosa, dice para sus adentros -sí, eso ha debido ser, la magia de los campos, no hay más explicación.
Y Lucero, Lucero va pensando en el pesebre, en los granos de cebada, en la quietud de la cuadra, en el descanso, eso será lo hace andar tan ligero el camino de vuelta a casa.
Migue ha disfrutado de su primera salida al campo, de su primera tarde de trabajo en la huerta, de la cabaña, de la regata del agua, de la merienda, de la noria. de Lucero, del pájaro Pinto, de los vaivenes del columpio, del sueño de las campanillas blancas, del croar de las ranas de la charca, del cric cric de los grillos....
-¿¡Podré volver otro día, abuelo!?
-¡Claro! claro que podrás, hijo -respondía Bastián orgulloso.
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_los cuentos de isa-Petricor_ Isabel_

Domingos de cine

    El cine Norte era además salón de baile y teatro. Tenía muchos bancos de madera que alineaban rellenando todo el aforo, todo el espacio ...