domingo, 31 de enero de 2021

Las Candelas

 


Las Candelas de mi infancia allá por los años 50 / 60 del siglo XX. 

Conmemoración de La Presentación de la Virgen Mª al Niño Jesús en el Templo de Jerusalén.

"Este día lo que más nos ilusionaba a los niños era ir a  misa a ver las palomas. Dos palomas blancas con cintas en las patas. Durante la celebración religiosa soltaban las palomas dentro de la iglesia. Las palomas las llevaba un niño o una niña perteneciente a la familia que hacía la función, que llevaba la vara ese año. Las portaba en una cesta con tapa adornada con cintas y lazos de colores. La ofrenda de las palomas simbolizaban purificación y tradición, pues la Virgen María, en su humildad, ofreció dos tórtolas.

Recuerdo aquel momento mágico, en que el señor cura recogía la cesta de manos de los niños, quitaba la tapa, y las palomas salían volando juntas hacia las alturas. Aquel primer vuelo y el revuelo en los bancos infantiles era lo mejor de la misa, aunque a más de uno aquel alborozo nos costara algún sin-recreo.

A los niños se nos iba del pensamiento la atención a la Santa Misa, se nos iba volando con las palomas, siguiendo todos los movimientos de sus alas sin perderlas de vista, ahora en dirección a las ventanas. Una vez tenían claro que por allí no podían salir, nos deleitaban con vuelos cruzados por los altos de la iglesia, buscando sin duda algún resquicio por donde pasar revoloteando entre las columnas, las bóvedas, las cornisas y los altares, metiéndose en cualquier hueco que pillaban. Sabías que estaban dentro del recoveco porque las cintas que llevaban atadas a las patas quedaban a la vista.

Terminada la misa, las palomas y la cesta de las palomas, se quedaban en la iglesia. La cesta abierta en el suelo del Altar Mayor. Y nosotros nos quedábamos con la intriga de cómo podían coger las palomas y devolverlas a la cesta, fue algo que nunca conseguimos saber, pero que, al día siguiente, las palomas ya no estaban en la iglesia".

-fragmentos de Crónicas a la Luz del Candil

https://www.google.com/search?q=cronicas+a+la+luz+del+candil&rlz=1C1EJFA_enES797ES797&oq=cron&aqs=chrome.2.69i57j0i433j69i59j46j46i433j0j0i131i433j46.7011j1j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8          



D�a dos de febrero (años 40 del siglo XX)

 


D�a dos de Febrero, para mi la fiesta predilecta, pues era el santoral de mi madre, Las Candelas (como el d�a 1 de marzo lo era el de mi padre, pero no era fiesta de guardar, a�n siendo el d�a del Santo �ngel). Esta fiesta tanta ilusi�n nos hac�a a todos, ni�os y mayores, al acudir a la iglesia a presenciar la misa.

Dentro de este acto lit�rgico se daba suelta a unas palomas, que las llevaban metidas en una especie de cesta y tal vez todos vi�ramos ese s�mbolo de la paz que las personas de buena fe tanto han deseado siempre; a�n aunque las palomas volaran sin el ramo de olivo en su pico. Se recuerda una desafortunada intervenci�n del sacerdote de turno, con toda la iglesia abarrotada de fieles seguidores del acto, en su serm�n se expres� diciendo: �...este d�a acude toda la morralla del pueblo a la iglesia�, pero ni el murmullo se sinti� por temor a la represalia. Se sigui� la misa escuch�ndose el carnatuser, cantado por Francisco Cuesta �el bicho� (como casi siempre) desde la tribuna y durante la procesi�n se sigui� con el canto a la patrona de la fiesta, recuerdo que entre otras cosas se dec�a as�:

Hoy d�a de las Candelas
el segundo de febrero,
ha salido el mayordomo
con la Virgen, de paseo.


A ra�z de la fiesta de Las Candelas, deb�a haber otra de gran prestigio social el d�a 5 de febrero, Santa �gueda, por ser festividad donde se hac�an exhibiciones de trajes regionales. Esto se debi� de celebrar en a�os anteriores a mi infancia y adolescencia, ya que yo no lo recuerdo y parece ser que actualmente vuelve a resurgir dicha celebraci�n.


.............................Ricardo Hernández Muñoz...........................


http://villabuena.manron.es/libro/libro.php?capitulo=27

-hablemos de fiestas-

miércoles, 27 de enero de 2021

"Toro, esa nave nodriza"

 

Disponible en formato papel y e-book

Disponible en Toro, c/ Corredera, 33. Librería "Book"
.........
en Madrid, c/ San Ildefonso, 17 - Editorial Visión Net - (Atocha)
tfono - 913 11 76 96
.........

En plataformas de Internet, entre otras:
- Amazon
- El corte inglés
- Casa del Libro



(pulsar para ver más detalles del libro)


https://www.visionnet-libros.com/index.php?route=product/product&product_id=80901





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https://books.google.es/books?id=cRcXEAAAQBAJ&pg=PT43&lpg=PT43&dq=Toro,+esa+nave+nodriza&source=bl&ots=a3Hpq25_uK&sig=ACfU3U2dAZqEq_I6CKWwrPT56AnopkekZA&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjxkNW5iLzuAhVKUcAKHfgMCcAQ6AEwAHoECAYQAg

lunes, 25 de enero de 2021

Lo que mi mascarilla esconde ...

 



... y, destellos de esperanza ...

Detrás de la mascarilla vive la incertidumbre, habita el hambre.
Hambre de estabilidad, hambre de encuentros, hambre de una música que no duela. hambre de abrazos, de risas, de besos,
Hambre de confianza, hambre de sosiego, hambre de libertad.
tras la mascarilla se agazapa la vida rota, el luto, un luto universal. se respira impotencia y pena por aquellos que necesitan más.
Tras la mascarilla surgen sonrisas de gratitud ante tantas cosas. una sonrisa un tanto desolada pero cargada de agradecimiento por seguir-estando, por seguir-existiendo. _ Isa _




domingo, 24 de enero de 2021

A 24 de marzo de 2020.

- a la memoria del tiempo -


¿Qué puedo contar que no sepamos ya sobre el efecto que ha producido en la totalidad del planeta? Y no, aún no podemos hablar de ella en tiempo pasado, estamos, todavía, atravesando por el mientrastanto de la incertidumbre y hacia la sociedad de las distancias. Durante el periodo de confinamiento se imponen normas, restricciones dirigidas a la población. En un corto espacio de tiempo, inimaginable, todo se volvió distinto. Todo se hizo nada excepto lo esencial.

Y, nos entregamos a las nuevas tecnologías, al empacho de las pantallas. Cuando todos sabemos lo que hay que hacer, qué fácil, y, las autoridades-competentes-responsables no tienen ni idea. Cuando nos indigestamos de información sin filtros. Cuando, haciendo uso del derecho a la libertad de expresión, y cuando todos disponemos de voz, luces, pantallas, micrófonos. Cuando cada quien aporta su solución particular y arregla la situación en un periquete y desde la barrera. Cuando se debate entre lo esencial, lo urgente y / o lo importante; decisión, acción, reacción, resultados. Cuando olvidamos que hay expertos en, absolutamente, todas las materias. Cuando todos tenemos la solución excepto los que nos gobiernan.


¿Volverán a la vida las palabras, como antes, como hace tan solo dos meses, cuando fluía la vida, cuando existía vida? No puedo escribir de otra cosa, creo que nadie puede, no cabe. El tiempo está parado, se ha detenido el mundo de las prisas y del sintiempo inundando nuestras vidas de tiempo disponible.

A un alto precio, a la humanidad se nos concede un deseo, se nos impone un regalo; horas, días, semanas, meses, plagados de tiempo, de tiempo disponible pero espeso, cortocircuitado por los barrotes de la incertidumbre y, a la vez, alimentando de esperanza al lento tictac de los relojes…, y trágico. Mirando una película, que no viéndola, solo se me hace notorio un reloj, este reloj de “Lo que el viento se llevó” –no malgastes el tiempo: es la sustancia de la que está hecha la vida_  No quiero, ni puedo escribir de otras cosas, todo lo demás se me hace intrascendente.


-Al vaivén de los columpios quietos-

* Llenaremos las calles nuevamente,
las terrazas, los paseos.
Bajo el árbol grande,
a escondidas, vomitaré en escopetazo,
el llanto retenido, añejo,
engrosado de ayeres,
de desconsuelo.
Retornará la música, las canciones,
los niños y sus juegos.
Las novelas, los cuentos de hadas,
las mochilas, camino del colegio,
y los chirridos metálicos
al vaivén de los columpios quietos.
Reaparecerá el aire sembrado de palabras,
de sonoros abrazos, de murmullo,
de risas rompiendo los silencios.
Llenaremos las calles nuevamente
cuando llegue mañana,

cuando llegue mañana… *
................................................................
* fragmentos y poema, extraído de mi libro _Toro, esa nave nodriza_

El destino quiso que este libro se llevara a término en plena pandemia.  

miércoles, 13 de enero de 2021

Fiesta de San Ant�n, 17 de enero

 


Al fondo de la imagen podemos ver parte de la fuente pública,
 adosada a la pared del antiguo Ayuntamiento (ya reformado). Año 69 / 70 siglo XX).

El d�a 17 de enero era la fiesta de San Ant�n, patr�n de los animales, al ser lugar aut�nticamente agr�cola y ganadero (que como hemos indicado, hasta los asnos eran usados como medio de locomoci�n) se sent�a una gran devoci�n a esta fiesta, sacando los animales engalanados a dar unas vueltas a la iglesia donde se encontraba su patr�n. Aparte de esto, despertaban mucha curiosidad las relaciones po�ticas compuestas por hombres que ten�an sus dotes trovadoras o po�ticas, como eran Juan Feo Garc�a �el t�o Nines�, Ambrosio Santos �pata palo�, Campano �el caminero de la casilla del cuco�, Jaime G�mez... y que sol�an poner los puntos sobre las ies por los hechos acaecidos en el pueblo durante el per�odo del a�o transcurrido que en este d�a los mozos del lugar recitaban al santo patr�n. A�n se recuerda una composici�n del �t�o Nines� coreografiada por una pandilla de amigos formada por Gervasio �el az�lete�, Domiciano �el raposo�, Ed�nio �el grajo�, Atanasio Garc�a �el piyayo� (y tal vez alguno m�s que no recordamos), enlazando unos con otros en contestaciones rimadas en versos.

_fragmentos_

http://villabuena.manron.es/libro/libro.php?capitulo=27

lunes, 11 de enero de 2021

VESTIGIOS DE LA GUERRA CIVIL ESPA�OLA (VILLABUENA DEL PUENTE)




  •  Todo esto vino a desatar aquella maldita guerra civil en el a�o 1.936 que a
  •  nadie benefici�, donde despu�s del atraso progresivo, murieron hombres y
  •  mujeres inocentes como gorriones dormidos y muchos de ellos por falta de
  •  malicia. Las noticias se recog�an a trav�s de alg�n aparato de radio que 
  • exist�a en alg�n establecimiento y que se dejaba o�r a cuatro personas
  •  privilegiadas, en el Caf� Espa�ol o Casa el malague�o y en alg�n 
  • peri�dico aislado que llegaba a trav�s del correo, que seg�n versiones 
  • escritas llegaba de Toro, otras dec�an llegaba de Fuentesa�co, otras
  •  aseguraban que venia de Fuentelape�a por conducto de un peat�n. Pero lo
  •  que m�s se recuerda, es que llegaba desde Castronu�o a trav�s de del 
  • se�or Antonio (el cartero) y cuando este se�or dej� de ejercer la 
  • profesi�n, lo hizo un hijo suyo llamado Luis y ambos hac�an el transporte 
  • en un caballo peque�o rojo, haciendo servicios extras a la poblaci�n, 
  • recogiendo encargos, avisos, paquetes, etc., en casa del se�or Macario Polo;
  •  por ello su hijo Delf�n Polo era una de las personas mejor informadas a 
  • trav�s del peri�dico El Heraldo de Zamora, que llegaba todos los d�as para
  •  el ayuntamiento; �ste lleg� a ser alcalde del puebloHasta que el coche de
  •  l�nea de Francisco S�nchez (Paco, el de Palomar) se hizo cargo de el 
  • transporte de la correspondencia que recog�a en Toro, y lleg�, a trav�s de
  •  oposiciones, a ser primer cartero Isaias Moralejo.

Como la industrializaci�n brillaba por su ausencia, el analfabetismo florec�a end�micamente; tanto es as�, que se instalo un buz�n en la pared del ayuntamiento para que all� recogiera el cartero la correspondencia que deb�a transportar a los ausentes del lugar, y hab�a personas que voceando en mencionado buz�n hac�an constar para donde iba dirigido el escrito, para m�s seguridad de que no se perdiera la carta; estas en su mayor�a iban dirigidas a los trabajadores emigrantes en Asturias, Palencia o Le�n.

  

Una de las personas m�s respetables del lugar en esta �poca de guerra y posguerra, fue aquel medico que cubri� la plaza al fallecimiento de don Marcelino �el gallego�, llamado don Eloy Rubio Mateo, el cual estuvo en el pueblo hasta su fallecimiento, casado con Amalia Samaniego; este hombre era tan familiar para los vecinos, que �l mismo buscaba los hogares de los enfermos, en vez de los enfermos buscar la casa de ese m�dico legendario. Se recuerda el celo de este se�or en su profesi�n, que si ten�a que marchar fuera del pueblo, a Toro, Zamora, Salamanca...., antes de partir hac�a la visita a sus enfermos aunque fuera de noche todav�a. Se recuerda que Eugenio V�zquez, por estas fechas, se encontraba refugiado en su casa huyendo de la justicia, al haberse escapado de la c�rcel (como preso pol�tico) por el delito de no pensar igual que los amantes de la dictadura franquista, a pesar de haber tenido casi finalizada la carrera de cura. Su esposa Justa Gonz�lez, se encontraba enferma, y don Eloy ese d�a deb�a viajar a Zamora y antes de que fuera de d�a, comenz� la ronda de visita a sus enfermos; al llegar a casa de Justa empuj� la puerta de dos hojas y penetr� en la habitaci�n que ocupaba la enferma, pero se dice que con ella se encontraba su esposo (ya que el d�a, para no dejarse ver, lo pasaba en una bodega que la vivienda ten�a en el corral), �ste al sentir la puerta tuvo que tirarse debajo de la cama y en lo que el m�dico reconoci� a la enferma all� se qued�. El secreto de si lo vio el medico o no, se lo debi� de llevar don Eloy al otro mundo, pues nunca se supo si fue visto o no, ni se supo nada para que pudiera peligrar la vida de Eugenio V�zquez.


Era nuestra infancia, y aunque no recordamos nada de lo que sucedi� durante la maldita guerra civil, aquella que estall� el 18 de julio de 1.936, solamente tengo un vag� recuerdo de un hermano al que mataron en la batalla del Ebro y que figura en la lista que forman los ca�dos en dicha guerra, en el monolito realizado en honor a los ca�dos en la guerra civil espa�ola, que el pueblo les ha tributado como s�mbolo de valent�a y orgullo en tiempos pasados; hoy sin saber porqu�, ese punto que se ten�a por sagrado se ha convertido en un tema conflictivo con hasta pintadas en honor al desprestigio. Pero lo mucho que he le�do de ello, lo que me han transmitido de boca a boca y los testimonios que he visto, me presentan la fat�dica noche del 29 de octubre de 1.936 como una fecha desoladora y angustiosa para este humilde lugar de Villabuena del Puente. Donde se sol�a vivir pacifica y honradamente, se desat� el enredo de los conflictos interpersonales, odios, envidias, rencores, obsesiones y miedo. Y donde esa tr�gica noche fueron asesinadas diez personas inocentes; solamente por cometer el delito de seguir las normas democr�ticas, que nuestro pueblo y todo el pueblo espa�ol hab�a elegido en libre votaci�n.


Creemos inadmisible que a este amargo suceso (hoy todav�a) se le quiera atribuir el que �tiene el color a trav�s del cristal con que se mire�. Nosotros entendemos, ahora y siempre, que se mire como se mire, segar diez vidas, dejando viudas, familias rotas (hasta con hijos p�stumos), siempre ser� un asesinato; y como cig�e�a voladora de la historia e igualmente calificamos otra vida segada en el pueblo o del pueblo por las mismas causas de revancha y seguiremos pensando que el mismo valor debe tener para todo el ser humano la vida. Puesto que los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos.


Estamos convencidos que la historia hay que escribirla tal y como ha sucedido, despu�s el lector es quien debe juzgar los hechos, porque aunque se pongan cristales, cuando es de noche es para todos igual, con cristales y sin cristales, sean de un color o de otro. Es m�s, atra�dos por los valores hist�ricos, sabemos que despu�s de esta maldita guerra, finalizada el d�a 1 de abril de 1.939, se sigui� una revancha atroz, que en personas civilizadas, con cristales o sin cristales, nunca debiera haber existido. Y nosotros como cristianos de buena fe nunca nos hemos cre�do lo que se intent� hacer creer, de que se hac�a en nombre de Cristo. Para nosotros no pasar�n al olvido estos hechos acaecidos en nuestro pueblo, aunque perdimos un hermano en los campos de batalla lo damos como m�s honroso al olvido, pues consideramos que no dej� de ser en un campo de batalla, justa o injusta, pero batalla.


Seg�n alguna rese�a escrita, nos hemos enterado de que en la guerra con los franceses desaparecieron cierto numero de personas del lugar de Villabuena, atribuyendo su desaparici�n a que fueron asesinados por los guerrilleros de Napole�n y a�os m�s tarde aparecieron los cad�veres enterrados en una finca cercana al pueblo, denomin�ndose dicha finca (desde entonces) la tierra de los muertos. Esto es una hip�tesis y desconocemos si fue o no verdad, pero lo hacemos constar, siendo esto cierto, no deja de ser un asesinato. Aunque el asesinato fue realizado por unos extranjeros b�rbaros en lucha por el poder y la riqueza de conseguir territorios de otra naci�n; pero no fueron asesinados por su propio pueblo, como le sucedi� a Jes�s de Nazar� y a los muertos en Villabuena del Puente, el d�a 29 de octubre de 1.936.


La situaci�n dejada por la guerra civil, hizo nublar la vista por el odio; pues Villabuena, por estas fechas, fue un pueblo pac�fico, agrario, dedicado fundamentalmente a una agricultura de escasos rendimientos, que le estrangulaba la falta, casi absoluta, de comunicaciones. Pues no se recuerdan casos llevados a magistratura del trabajo y el personal obrero, con su sueldo, se conformaba con el subsidio familiar que se percib�a en raz�n al numero de hijos que compon�an una familia numerosa. A�n reconociendo que se viv�an a�os de silencio, esta guerra volvi� a generar m�s brotes de emigraci�n, reforzado a�n m�s, por la decisi�n de los jueces zamoranos, que en el a�o 1.936 despu�s de interminables pleitos, se concede al marquesado de los Portocarrero las tercias de Toro y Zamora, siendo repartido con los Silva, lo cual repercuti� en decremento del peque�o labrador arrendatario. No sabemos si esto afect� a nuestro pueblo mucho o poco, pero lo que s� sabemos es que muchas familias emigraron a zonas cercanas, ya citadas, de minas, o Corrales del Vino, donde exist�a una f�brica de objetos y medios de construcci�n donde se fueron a instalar familias enteras para buscar su supervivencia, entre ellas se recuerdan las de Anselmo, Javaresto, los hijos de la t�a Obdulia, Demetrio y Mat�as, los hijos de Ambrosio Gonz�lez, Teodosio y Vicente...

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domingo, 10 de enero de 2021

De Mondongo

 



... uno o dos días antes de la matanza se pasa por casa de los familiares para avisar que vayan al "mondongo", o se manda recado por los niños "que mañana matamos..."
... todavía era de noche aquella mañana y ya estaba la casa iluminada. todas las bombillas luciendo. la lumbrada caldea, con creces, la cocina y parte de la casa. una lumbre grande, que casi no se aguanta el calor, a pesar de que esta noche ha helado bien fuerte.




el desayuno a base de pastas, galletas de coco, chocolate, bollitos de hojaldre, anís y coñac, ya está esperando en la mesa. los niños también hemos madrugado sin ningún esfuerzo. nos hemos vestido rápido, sin que hoy nos haya tentado la pereza. llevábamos no sé cuánto tiempo despiertos, oyendo a mi madre cacharrear por la cocina, y a mi padre, que entra y sale del corral, trajinando con cuévanos de paja, cepos y montones de leña:
-que no os levantéis todavía que es muy temprano, esperar por lo menos a que esté la casa caliente -nos dicen. pero hoy no sentimos el frío. hoy vienen los abuelos y los tíos con todos los primos ...
¡¡¡ estamos de mondongo !!! 😊

viernes, 8 de enero de 2021

Antes de la tele, de Internet, de los móviles ...

  la vuelta a los pupitres, a las fiestas locales, a la Navidad, a las tareas agrícolas, a las calles de barro, a la llegada de la tele, a la crudeza de los inviernos castellanos...

https://www.amazon.es/Cr%C3%B3nicas-luz-Candil-Isabel-Hern%C3%A1ndez/dp/849949675X

https://wwzon.es/Cr%C3%B3nicas-luz-Candil-Isabel-Hern%C3%A1ndez/dp/8

... el contraste entre el ayer y el hoy. A los jóvenes y niños que preguntan cómo era todo, que sepan que había vida, una vida laboriosa, bonita y entrañable antes de la tele, de Internet, de los móviles ...


... por imposible que pueda parecernos, nosotros, tuvimos algún día veinte años, y seis, y once ...

... sentados al fresco, a la solana, al hastial, a la luz del candil o al humor de la lumbre; se cuentan, se dicen y desdicen historias y leyendas, cuentos y vivencias, casos y cosas ...


https://www.amazon.es/Cr%C3%B3nicas-luz-Candil-Isabel-Hern%C3%A1



.. la vuelta a los pupitres, a las fiestas locales, a la Navidad, a las tareas agrícolas, a las calles de barro, a la llegada de la tele, a la crudeza de los inviernos castellanos...

... el contraste entre el ayer y el hoy. A los jóvenes y niños que preguntan cómo era todo, que sepan que había vida, una vida laboriosa, bonita y entrañable antes de la tele, de Internet, de los móviles ...




... por imposible que pueda parecernos, nosotros, tuvimos algún día veinte años, y seis, y once ...

... sentados al fresco, a la solana, al hastial, a la luz del candil o al humor de la lumbre; se cuentan, se dicen y desdicen historias y leyendas, cuentos y vivencias, casos y cosas ...
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09DIC18 – MADRID.- El pequeño relato viene de lejos con su gran encanto en los pliegues de la sugerencia. Cuentos del Sobrau es el libro de Isabel Hernández Gil, que ha publicado la editorial Liber Factory, con diversas imágenes, una veintena de fotos en color y blanco y negro.
“Cuentos del Sobrau”, libro de Isabel Hernández Gil, publicado por Liber Factory

Relatos que evocan la imaginación y fantasía que sugiere una estancia en lo alto de una casa que se llama “el alto” en la Rioja, el sobrado, la buhardilla, el trastero alto y que guarda cosas que nunca se tiraron , porque se estimaron de algún valor, pero se arrumbaron, muchas veces en una estancia de olvidos, descubrimientos y recuerdos para pequeños y mayores.

Autodidacta, atenta a las letras de la lectura y la escritura, Isabel Hernández Gil (Villabuena del Puente, Zamora, 1954), ha agrupado sus recuerdos, vivencias, emociones y sensaciones en las historia cortas que acoge el libro como ramillete de narraciones, que invitan, tanto a disfrutar su lectura como a evocar y crear las propias en una analogía paralela.

Cuentos, relatos… la vieja dicotomía entre unos y otros, que no es más que una equivalencia semántica a gusto del consumidor. Casi medio centenar de narraciones breves que la autor ha querido escribir para sujetar la memoria, como una Sherezade de bolsillo. “A esas pequeñas cosas que colorean la vida”, dice su dedicatoria inicial.

Una vuelta a la infancia, esa patria inicial, firme y segura contra o frente al presente y el futuro. Cuentos para “cuando el calor, el viento, el frío y la lluvia nos meten en casa. Tiempo de cuentos para los que todavía no hemos perdido ese lado infantil de cuando éramos niños y que a todos nos gusta recordar ahora, ahora que realmente ya no volveremos a serlo”, escribe la autora en la introducción al libro.

Cuentos con sabor al pasado, a otro tiempo que cimentó el presente, a recuerdos rurales que quedaron flotando en el aire, cuando la escritora viajó a Madrid, para continuar su vida en un también ciudadano, lejos de la existencia rural, pero con la llamada telúrica al origen. Cuentos con vocabulario rústico, obsoleto o antiguo, que invitan a saborear esas palabras que enriquecen la lengua castellana. Escenas de madres y abuelas con sus labores culinarias o textiles…

Vale la pena leer Cuentos del Sobrau.


https://www.amazon.es/Cuentos-del-Sobrau-Villabuena-Memoria/dp/8417117326




Domingos de cine

    El cine Norte era además salón de baile y teatro. Tenía muchos bancos de madera que alineaban rellenando todo el aforo, todo el espacio ...