miércoles, 30 de enero de 2019

Darse de lleno con la capital. Yo, y tantos adolescentes más.




Catorce años cumplidos en septiembre. Viaje a Madrid en octubre de 1968.


<<… en 1968, llega con la educación de un pueblo sencillo y austero de Castilla la Vieja. Con esas tradiciones que la abuela, la tía, la madre, que le cuentan, sé buena, sé formal, Dios te castiga y todas esas cosas que la gente de mi edad sabemos ¿no? Entones aterrizas en la capital con tus creencias de persona buena y demás ¿no? Cuando llegas a la capital digamos en el 1975 o antes, antes del 1975, tú ves una corriente que hay que para ti es nueva, es todo nuevo, hay hippies, hay pinceladas políticas que tú no entiendes muy bien, porque allí en el pueblo no te enterabas de nada, solo sabes que a un tío abuelo lo mataron en la guerra y todo el mundo calladito porque había mucho peligro si se hablaba, y vienes con eso ¿no? Con esa educación, con ese miedo, con esa..., con esas raíces, y te encuentras de pronto con una diferencia social en cuanto a la gente que conoces de todo tipo de niveles sociales, económicos y culturales. Entonces aparece el choque de lo que tú traes y de lo que tú te encuentras..., y estás de alguna manera, como que no encajas en eso. Y y tú quieres seguir siendo la chica buena que te ha dicho tu abuela, que te ha dicho tu madre y que te ha dicho tú tía, y sigues ahí y te encuentras con que la capital te engulle, pero tú quieres ser firme ahí.

El tema es..., la diferencia social cómo te hace la vida, cómo la época en que tú has nacido y donde te has criado te va a marcar, casi, el resto de tu vida, los caminos cómo te los va a marcar, con tus creencias y, al mismo tiempo, siguiendo firme ahí, porque tú no quieres salirte del camino.

Y, ella, se va a encontrar con una persona que es de otro nivel social, de otro nivel cultural, y , justo ahí se le rompe la vida, que se le hace muy bonita, pero que también se le rompe porque no puede seguir a esa persona por sus creencias, por su manera de ser es incapaz de seguir a la otra persona, no puede, no debe.

La clase social, la época que nos toca vivir, el lugar de donde procedes, la educación recibida, marcan los caminos de la vida... Y eso mismo, eso tan distinto, eso tan diferente de las otras chicas que había conocido, eso que tanto le gustaba y le atraía de ella, era lo mismo que les iba a impedir estar juntos.

Dentro de todo esto, transcurre el año 1975. Muere Franco. Las revueltas, las carreras de los grises…, y todo esto lo va a ir viviendo in situ...>>


.... Los hilvanes del tiempo ... presentación - colegio

domingo, 20 de enero de 2019

Recordando las fiestas de invierno

Fiesta de santa Águeda en Villabuena del Puente

La cofradía de Santa Águeda de Villabuena del Puente ha honrado a la patrona con una fiesta donde las mujeres son las protagonistas. Con unas cuarenta socias, aunque no todas participaron, las águedas sacaron los trajes típicos de los baúles para lucirlos en la misa, la procesión y a lo largo de todo el día en las diversas actividades celebradas en este localidad de la comarca de La Guareña. La fiesta de Santa Águeda comenzó el domingo, día de la víspera, con un chocolate con churros, El lunes, día grande, se celebró la misa y la procesión de Santa Águeda por las calles de Villabuena del Puente para compartir después una comida y disfrutar de una larga sobremesa con bingo, cánticos y bailes.
..........(La Opinión de Zamora, 6 de febrero de 2018)..........

viernes, 18 de enero de 2019

Nacer en los años cincuenta (siglo XX)



Nacer en los años cincuenta no creo que haya sido tan malo. No, al menos en nuestro país. Me refiero a que no vivimos la tragedia de nuestra última guerra. Por suerte para nosotros, ya la habíamos dejado atrás.

Desde que nos alcanza la memoria hemos ido progresando despacio. Dentro de un progreso, además de tecnológico, social. Conquistando libertades y derechos, derechos humanos. Siempre hacia adelante, hasta instalarnos en ese estado de bienestar que creíamos indestructible y eterno. Que subió, o lo dejaron subir, esos cerebros pensantes y mandantes, hasta tocar techo, chocar con él y desmoronarse.

El intervalo 1955-2009 fue una escalera de subida. Hoy estamos en 2019 y ya no lo es. A día de hoy continuamos descendiendo, bajando peldaños.

Los mayores sentimos miedo e indefensión, más por nuestros jóvenes -sobradamente preparados- en los años de bonanza. En una época en que las diferencias sociales fueron más homogéneas que nunca. Y que ahora vivirán, si no se remedia, mucho peor que nosotros. También sentimos miedo e indefensión por nuestros nietos, que quizá se conviertan en la primera generación de emigrantes de -baja formación- de este milenio. Ojalá que no sea cierto y me equivoque del todo.

Teniendo en cuenta que la misión de todos, a nuestro paso por la vida, es dejar un mundo mejor; no cabe duda de que algo debemos estar haciendo muy mal para que esto no vaya a ser así, y no me refiero exclusivamente a la economía.

El ayer y el hoy, un regreso comparativo al pasado, que a todos nos llega en algún momento de nuestras vidas, sobre todo, cuando uno se va haciendo mayor.

Domingos de cine

    El cine Norte era además salón de baile y teatro. Tenía muchos bancos de madera que alineaban rellenando todo el aforo, todo el espacio ...