lunes, 18 de febrero de 2019

Tradicional "Lunes de Aguas" del 2º milenio.





"El Lunes de Aguas". como es sabido, es la fiesta de todo el valle o cuenca de La Guareña desde Salamanca hasta Villabuena del Puente, último pueblo por el que pasa el pequeño río antes de llegar al Duero. Si bien en tierras charras la fiesta tiene caracteres puramente civiles, en tierras zamoranas la fiesta adquiere un marcado tinte religioso y mariano, dando lugar a romerías de marcado caráctrer localista.

Este es el caso de Villabuena del Puente, pueblo en el que antiguamente se tenían tres días de fiestas. En la actualidad, reducidos los festejos al propio "lunes", no por ello ha perdido el arraigo y la intensidad entre sus habitantes.

La fiesta comienza con el alegre repicar de las campanas parroquiales, cosa que este año corrió a cargo de Telesforo, quien viviendo en Madrid, cuando viene a Villabuena le encanta participar en las cosas que constituyen las señas de identidad del pueblo. También fue él quien este año se encargó de llevar el Pendón.

Poco a poco la gente del pueblo fue congregándose en la plaza, frente a la puerta de la Iglesia, a la espera de comenzar la procesión. A las 13 h. llega la comitiva municipal acompañando a la Mayordoma y al son de la música de "Isidro y sus muchachos". Al poco rato, se abren las puertas de la Iglesia y tras la cruz procesional, aparece el Pendón, tras él las andas del Niño Jesús y las de la Virgen del Rosario a hombros de las quintas el primero y de los Mozos de la Virgen la segunda. Suena el Himno Nacional y la comitiva, de la que forma parte la casi totalidad del pueblo, comienza el recorrido por las calles, alegre y colorista, animado por las notas de la marcha "La Dama de Armiño" que los de Villabuena interpretan como nadie.

Dado que el tiempo no a consejaba bajar a la apradera para celebrar la tradicional Misa de campaña, se regresó a la Iglesia para la función religiosa que tiene como parrticularidad el que la Corporación Municipal en pleno hace en el Ofertorio la "ofrenda de la luz", cuyo origen desconocemos; pero que tiene profundo y bello simbolismo. Y a destacar también la buena labor del Coro que interpretó muy bien la Misa Castellana.

Acabado el acto religioso, el ayuntamiento invita a todos los asistentes a pasteles y limonada. Cuando el tiempo lo permite, este ágape tiene lugar en la pradera. Cuando ello no es posible, tiene lugar en la plaza del ayuntamiento. Apenas saboreados los primeros pasteles y bebido el primer vaso de limonada, comienza a sonar de nuevo la música y el baile brota espontáneamente, este año, la Asociación de Mujeres, luciendo sus trajes regionales que ellas mismas se han fabricado, interpretaron con acierto algunos bailes regionales más característicos de la zona.

Es ya la hora de comer y como en casi todas las casas hay forasteros e invitados, se impone el ir a preparar la mesa.

Antiguamente, una de las cosas más propias del pueblo era la merienda que se hacía, inevitablemente, en La Peña, pero esta costumbre parece haber entrado en decadencia al concentrarse todos los festejos que antes se hacían en tres días en uno solo. Por la noche, una animada sesión de baile pone punto final a la jornada.

Resaltemos, finalmente, la gran afluencia de forasteros dse este año, sin duda por haber coincidio con el 1 de mayo y ser el 2 fiesta en la Comunidad de Madrid, de donde procedían gran parte de ellos. Así expresaba una mujer este pàrticular, "¡Qué gentío! Esto parece San Roque".

A pesar de que el día no estaba para hacer la fiesta donde es costumbre, la plaza del Ayuntamiento se vio animada por el baile en el que participaron mayores, medianos y pequeños animados por la música y los pasteles con limonada."

"Artículo publicado por  - La Cañada - revista comarcal de Toro y su Alfoz 
en  su nº correspondiente al año 2000"

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