Nací en un pequeño pueblo de tierra adentro.
No es lo que siento por ti, es lo que no siento ni sentiré jamás por ningún otro lugar.
Muchos éramos los niños y niñas de aquella época que trabajamos el campo.Vivíamos del campo, en mi niñez y adolescencia trabajé el campo junto con mis padres y hermanos, me atrae el campo, me siento de campo, me gusta su olor y todo lo que nos ofrece además de su esplendor de naturaleza, me gusta formar parte del campo, soy del campo.
Aunque la vida me llevó por otros horizontes mis raíces quedaron arraigadas en el campo.
Y, sí, contemplo el mar y se me hace un espectáculo grandioso, pero como se explora el campo no se pisa el mar. Nací en tierra adentro y me siento afortunada y muy agradecida.En la imagen 1ª la calle Las Regueras, todavía sin asfaltar, y la casa paterna donde transcurrió mi segunda infancia. En la 2ª imagen la calle El Oro, mi casa natal. Por entonces la calle estaba completamente empedrada con cantos, la única calle empedrada en todo el pueblo.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
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