Entre otras, esta sería una de las calles que más guardan la voz del tiempo.

 

Imagen resplandeciente de una calle vacía,

 Puede que fuera fotografiada a las horas del medio día

     porque es a las horas de comer cuando,  

 en el pueblo,

 las calles se quedan vacías.

Pero todos sabemos que esta calle el Puente está llena de vidas.

 Por ella entran y salen los trabajadores del campo

 con aquellos carros de mulas

 y más tarde las máquinas agrícolas

 y siempre

los hortelanos de La Plana,

y el pueblo sobre el puente

cuando las crecidas.

La llenan los san-Roques camino del encierro.

 El acarreo de agua a esa fuente pública

 que abastece la zona

 saciando la sed y las necesidades humanas,

 también las de los animales de labranza,

 las de los perros, las de los pájaros,

 las de los niños y sus juegos.

Por ella transitan

los futbolistas a su campo,

 las procesiones religiosas,

los clientes de aquellos comercios,

 los tiempos de ocio en aquellos bares,  

las fiestas en el salón de baile del Miami,

 la tahona y el diario trasiego de parroquianos

 a comprar el pan, hacer bollos, magdalenas,

 pastas, molletes, bollas, rosquillas, mantecadas.

A llevar las cazuelas de carnes especiadas

 para su asado a horno de tahona.

Los transportes con sacos de harina,

 la descarga de leña pá-enrojar el horno.

 Ir los señores a la tahona a pasar un rato

 con los hacedores del pan

 cuando la crudeza del invierno,

que las conversaciones, allí,

a temperatura de horno

resultaban más amenas…,

más confortables, más entretenidas,

más interesantes, más largas.

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Entre otras, esta sería una de las calles que más guardan la voz del tiempo.

  (isa)

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_ fotografía rescatada de: bloggerzamoraprovincia_